Entre las terapias empleadas para reducir la obesidad, destacarían: 1-Acupuntura Aunque no hay datos que confirmen su poder adelgazante, sí se reconoce que la aplicación de agujas en ciertas zonas del cuerpo favorece la liberación de endorfinas y ayuda a equilibrar el sistema endocrino. Esta capacidad permite que quienes están siguiendo una ...
Entre las terapias empleadas para reducir la obesidad, destacarían:
1-Acupuntura
Aunque no hay datos que confirmen su poder adelgazante, sí se reconoce que la aplicación de agujas en ciertas zonas del cuerpo favorece la liberación de endorfinas y ayuda a equilibrar el sistema endocrino. Esta capacidad permite que quienes están siguiendo una dieta adecuada para reducir su peso, puedan ver facilitada su actuación porque van a sentirse más relajados y podrán evitar esas tentaciones que les hacen engordar. La reducción del estrés generada por esta terapia actúa como coadyuvante si se sigue una dieta correcta y se modifican los hábitos de vida perjudiciales.
Busca un buen profesional y consulta tus dudas antes de empezar la terapia para evitar que no se cumplan tus expectativas.
2-Lipoterapia
Se basa en la aplicación de inyecciones para disolver la grasa localizada en ciertas zonas del cuerpo. Se utiliza una combinación de enzimas, vitaminas y medicamentos a dosis bajas. No es un método de adelgazamiento; simplemente es una ayuda para quienes están siguiendo un plan de reducción de peso. Pueden presentarse efectos secundarios asociados a los productos inyectados así como hematomas, hinchazón y dolor.
Opta por un centro especializado y consulta todas tus dudas a la persona que te vaya a tratar.
3-Mesoterapia
Consiste en la inyección de sustancias (minerales, vitaminas, aminoácidos, etc.) capaces de disolver la grasa corporal en una capa de la piel denominada mesodermo. Además, mejora la circulación sanguínea y linfática, lo que permite corregir problemas de inflamación de las piernas y la aparición de varices. Se considera muy adecuada para tratar la celulitis y mejorar el contorno de la zona en la que se aplica (glúteos, muslos, etc.).
Debe combinarse con la dieta y el ejercicio, pues no es un tratamiento para la obesidad.
No todos pueden seguir este tipo de terapia. Se desaconseja a embarazadas, en período de lactancia, problemas de coagulación, afecciones cutáneas o infecciones. Pueden aparecer efectos secundarios como enrojecimiento e inflamación en la zona, hematomas, molestias o reacciones alérgicas a las sustancias inyectadas.
Mucha precaución con el centro al que acudas. Escoge uno especializado en esta terapia y que cuente con los profesionales más cualificados para su realización.
4-Reflexología
Se basa en que estimulando manualmente ciertos puntos de los pies, manos, orejas o nariz (denominados zonas de reflejo) se van a obtener efectos beneficiosos en ciertos órganos. En el caso de la obesidad, se deben tratar zonas correspondientes a la ansiedad, circulación sanguínea, corazón y aparato digestivo, pues son los más implicados en el incremento de peso y su reducción.
No puede ser realizado por cualquiera. Debe estar bien capacitado para que pueda ayudarte a alcanzar tu objetivo.