El queso raclette es originario de Suiza, concretamente del cantón de Valais, es semiblando, se prepara a base de leche cruda de vaca y necesita pasar por un proceso de maduración de al menos medio año para adquirir su característico sabor. Haciendo alusión a la palabra francesa "racler", cuyo significado ...
El queso raclette es originario de Suiza, concretamente del cantón de Valais, es semiblando, se prepara a base de leche cruda de vaca y necesita pasar por un proceso de maduración de al menos medio año para adquirir su característico sabor. Haciendo alusión a la palabra francesa "racler", cuyo significado es "raspar", viajamos en el tiempo para ver la forma en la que se consumía este producto. Lo que se hacía era partir una rueda de queso por la mitad, situarla cerca de una chimenea de leña y rasparla para un plato. Como este comestible estaba derretido iba cayendo cual lava sobre la superficie. Antiguamente, eran los pastores los que lo consumían, situándolo cerca de una fuente de calor para que adquiriese una textura más blanda para poder untarlo en el pan. Hoy en día se sirve junto a las patatas cocidas con piel, los pepinillos, cebollas en vinagre y diferentes variedades de embutidos.
Todos los comensales se sientan alrededor de una mesa en la que en el centro de la misma se coloca un aparato llamado raclette. En el mercado existen diferentes modelos, pero el más funcional es aquel en el que se puede cocinar varios alimentos en simultáneo. En la parte superior trae incorporada un grill o una placa de piedra, puede que hasta se combinen ambas opciones al dividir esta zona de cocción en dos o simplemente que las planchas sean intercambiables y el que el usuario coloque una u otra, según necesite. En su parte inferior vienen incorporadas unas pequeñas sartenes en las que derretir el queso. De este modo, se puede cocinar verduras, pescados, carnes o huevos y poner a fundir el queso al mismo tiempo. Incluso no es tan raro ver como algunos dispositivos cuentan con una placa para preparar mini crepes, con los orificios pertinentes. Así, no hay peligro de que la comida se enfríe, ni tampoco que se haga de más o de menos, porque es el propio comensal quien controla su propio cocinado, suele contar con un termostato regulable y con una superficie antiadherente, por lo que la tarea de limpieza resulta más sencilla. A veces hasta se pueden extraer las placas para lavarlas en el lavavajillas. No es un electrodoméstico que ocupe mucho espacio y además se puede transportar fácilmente. Dentro de esta categoría se comercializan distintas referencias, atendiendo al número de comensales, nivel de potencia, tipos de placa, algunas hasta permiten ajustar su altura, incorporan accesorios (espátulas de madera) o cuentan con un sistema que evita que se sobrecaliente. Otros tipos que podemos encontrar son aquellos que giran sobre un eje, pudiendo desplazar sus planchas y colocarlas en la posición que resulte más cómoda para que todos los invitados tengan un mejor acceso.
Con este sistema se opta por un cocinado más saludable, ya que no requiere una gran cantidad de aceite, se pueden preparar diferentes alimentos, se ejerce más control sobre lo que se está comiendo, impidiendo que se haga comida de más y acabe sobrando.
FOTO PRINCIPAL.: Imagen de veve en Pixabay.
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