El huevo es un ingrediente típico de nuestra alimentación, considerándose una fuente de proteínas de uso muy habitual en numerosas recetas. Entre las características de los huevos destacaría que: 1-Aportan aproximadamente un 7% de la cantidad de proteína diaria recomendada, vitaminas (A, B8, B12, D, ácido fólico) y minerales (hierro, fósforo, ...
El huevo es un ingrediente típico de nuestra alimentación, considerándose una fuente de proteínas de uso muy habitual en numerosas recetas.
Entre las características de los huevos destacaría que:
1-Aportan aproximadamente un 7% de la cantidad de proteína diaria recomendada, vitaminas (A, B8, B12, D, ácido fólico) y minerales (hierro, fósforo, selenio, yodo y zinc en diferentes proporciones).
2-Se clasifican en función de su origen (orgánicos, por ejemplo) y de su clase (L, entre otras). Elige el que mejor se adapte a tus gustos personales y preferencias.
3-En el momento de adquirirlos en los diferentes puntos de venta, debes observar que se encuentren intactos y limpios, es decir, su cáscara debe estar impoluta. Desecha los que presenten moho en la cáscara, tengan un olor extraño o un sabor raro. No supone ningún problema la presencia de alguna pequeña mancha de sangre en su interior (que puede retirarse con un cuchillo limpio) o la presencia de nubes en la clara (suelen deberse a la frescura del huevo). Ante la duda, lo mejor es que no lo consumas para evitar problemas de salud.
4-Al llegar a casa, mételos en la nevera inmediatamente y nunca los conserves a temperatura ambiente, a pesar de que así se encuentren en el local en el que los has adquirido. La humedad ambiental no debe ser superior al 80% para evitar el crecimiento de hongos y microorganismos que lo deterioren. La temperatura ideal es entre 1 y 10º C sin llegar nunca a la congelación. Tampoco se deben lavar antes de guardarlos en la nevera para evitar que se queden húmedos en la superficie.
5-Cuando vayas a consumirlos debes lavarlos bajo el chorro de agua fría y cascarlos en un recipiente diferente a aquél en el que lo vas a batir o que contenga otros alimentos. Tampoco debes reutilizar ese recipiente antes de lavarlo adecuadamente hasta eliminar cualquier resto.
6-Resultan muy versátiles y se adaptan a numerosas recetas habituales en la cocina española ya que se usan en cualquier parte del menú: aperitivo (canapés), primer plato (huevos rellenos), segundo plato (filete empanado), postre (flan) o picoteo (tortilla), por ejemplo. Prepáralos como quieras (cocidos, escalfados o rellenos, por ejemplo) y no te olvides de los deliciosos huevos fritos (aunque no se recomienda abusar de su estupendo sabor).
7-El principal riesgo alimentario por el consumo de huevos o derivados es la toxiinfección por Salmonella (denominada salmonelosis). Es una bacteria que se puede transmitir al hombre a través de los alimentos aunque las medidas de seguridad alimentaria establecidas por los organismos competentes han reducido su presencia. Cuidado, sobre todo, en época de calor. Ante cualquier síntoma estomacal inesperado (dolor abdominal o diarrea), normalmente acompañado de fiebre, acude al médico.