Poco a poco, las grandes superficies han ido vaciando los comercios locales que, en otros tiempos, llenaban los barrios de vida. El tiempo del que disponemos para hacer nuestras compras al parecer cada vez es menor y la comodidad de los supermercados y grandes superficies parece ser la mejor opción a la hora de hacernos con los artículos que necesitamos diariamente.

Aún así, los mercados se resisten a echar la persiana definitivamente gracias a los consumidores que siguen fieles al comercio local porque saben que la calidad está en los pequeños lugares y aprecian la atención que reciben en el entrañable mercado tradicional.

Calidad y atención personalizada

Aunque no pueden competir con las grandes superficies en la variedad de productos y a menudo en precios, los pequeños comerciantes terminan conociendo a sus clientes y sus gustos, hecho que les permite tener detalles y ofertas que jamás se harían en un centro comercial. Otra gran ventaja de contar con un proveedor de confianza es que encontrarás la cantidad que precisas sin tener que adquirir más de lo necesario. Hoy en el día, que las familias son cada vez más reducidas, esta característica del comercio local te permitirá ahorrar mensualmente mucho más de lo que imaginas, ya el pequeño comercio te permite adquirir un gran número de productos por unidades en lugar de tener que comprar packs.

Aunque pueda parecer que en las grandes superficies los productos están distribuidos a la medida del consumidor para favorecer su comodidad, la verdad es que cada centímetro atiende a técnicas de marketing para fomentar el consumismo y la creación de necesidades en el consumidor. ¿Acaso no te ha pasado más de una vez ir al supermercado a comprar algo concreto y volver con el carro lleno de cosas que todavía no sabes si vas a necesitar?

Pon todos los factores en una balanza y anímate a comprar los ingredientes necesarios para hacer una rica receta en el mercado. Prueba a hacerlo también con alimentos de una gran cadena de alimentación y compara la diferencia que te deja en el paladar. Verás como reservas algún momento para escaparte y comprar comida de la mejor calidad a buen precio.

Aparte de la diferencia que notará tu paladar y tu bolsillo, ayudarás a mantener la economía de tu zona, cooperarás con los vecinos que viven de sus pequeños negocios y mantendrás tu barrio lleno de vida.