No hay una fecha concreta para la floración. Dependen mucho de la climatología del año. Sin embargo, semana arriba, semana abajo, el mes de marzo es la época más propicia para admirar los bonitos campos en flor de Lleida. Los melocotoneros de Aitona son de los más conocidos. No en vano, llevan diez años organizando rutas y excursiones para que toda la familia pueda conocer esta maravilla de la naturaleza, bajo el nombre Aitona en Flor.

Aitona en Flor está organizada por Fruiturisme y, aunque el momento más especial es cuando los campos se tiñen de rosa por la floración de los melocotoneros, ofrecen experiencias durante todo el año para que puedas descubrir las diferentes etapas de sus campos frutales.

Los guías son los propios campesinos

En Aitona podrás vivir la experiencia de la mano de los propios campesinos, que hacen de guía para explicarte todos los detalles de esta experiencia, para después perderte entre los árboles y disfrutar con sus colores, sus aromas y dejarte seducir por las sensaciones que producen.

La experiencia de Aitona en Flor de Fruiturisme se inicia en la plaza del Poliesportiu del pueblo. Allí un bus te recogerá para llevarte a los campos en flor en una visita que dura aproximadamente una hora y media, durante la cual los propios campesinos de los campos te explicarán todos los detalles del cultivo de estos árboles frutales.

Si eres un espíritu libre y quieres disfrutar de la experiencia a tu aire, también puedes. En el mismo lugar de encuentro encontrarás mapas y rutas marcadas para que puedas adentrarte en la explosión cromática de los árboles frutales a tu ritmo y sin necesidad de hacer reserva.

La floración desde el aire

También puedes disfrutar de los campos rosados desde el aire. Si desde el suelo es una auténtica maravilla, ¿te imaginas cómo será desde el cielo? Hasta el próximo 27 de marzo puedes vivir la experiencia de la floración desde las alturas. Globus Kontiki te ofrece la posibilidad de sobrevolar los campos en flor en un globo aerostático y disfrutar de un espectáculo mucho más embriagador e único, si cabe, de los frutales de Aitona.

Terminada la experiencia de Aitona en Flor puedes acercarte al pueblo y descubrir su bonito casco antiguo, con la Iglesia de Sant Antolí o la Capilla de Sant Gaietà, también de la mano de guías locales o a tu aire. Y si eres un admirador de la obra del fotógrafo Robert Capa, hay una ruta que sigue sus pasos documentales durante la ofensiva republicana de 1938 por estas hermosas tierras. Tú eliges, qué prefieres.

Una experiencia para vivir en familia o en pareja que te sorprenderá y no te dejará indiferente. El rosa toma los campos y te despierta todos los sentidos. Lo único que has de tener en cuenta es que es algo efímero y en constante evolución, por lo que cada día que pasa es diferente y no se sabe con exactitud cuándo termina y el color rosado desaparece. Para dar paso, eso sí, a unos campos teñidos de blanco, procedente esta vez de la floración de otros árboles frutales, los perales.