El proyecto de Gravity Wave se puso en marcha en 2019, aunque la idea surgió mucho antes, ya que algunos de los integrantes que forman esta compañía pudieron ver de cerca el impacto de los residuos plásticos sobre los mares y océanos en Asia. En su camino se encontraron con Enaleia, una organización en la que están representados una red de pescadores que se encarga de limpiar el mar Mediterráneo. En el periodo comprendido entre 2018 y 2019 contaban con diez barcos pesqueros y lograron extraer 15.000 kilogramos de plástico marino. En 2020 el número de operativos creció hasta los 229 barcos de pesca y de un puerto se pasó a 21. Su radio de acción se expandió a Italia, llegando a recuperar más de 70.000 kg de residuos plásticos. Y de ahí continúo explorando nuevos lugares, como Kenia. Estos pescadores, como bien indican en la página de la empresa alicantina, son "compensados económicamente por cada kilo que recogen". Una vez que tienen la materia prima se marca como objetivo transformar estos desechos en muebles sostenibles. Para ello se ponen en contacto con la compañía CMplastik, la cual también está comprometida con preservar el medioambiente y a partir de aquí se fabrican y desarrollan dichas piezas.

"Del total de los plásticos que hay en el mar, casi la mitad son sólo de redes fantasma. Estas redes son el peor residuo que podemos encontrar en el mar, no sólo por su alta durabilidad, sino, que atrapan constantemente todo tipo de especies de animales", advierten desde Gravity Wave. Desde que iniciaron su actividad ya cuentan con el apoyo de más de 2.000 pescadores y más de 60 empresas están comprometidas con esta iniciativa sostenible, pudiendo recoger 50.000 kilogramos de plástico. Los muebles que se crean son especiales, no sólo por cumplir con las pautas de la economía circular, sino porque se eliminan estos desechos de los fondos marinos, restableciendo el ciclo natural de las especies que en ellos habitan e invitan a tomar conciencia sobre la gran cantidad de redes y plásticos que flotan cada día en estos entornos naturales. Tras el proceso de recuperación, el material que surge destaca por su versatilidad, pudiendo adquirir diferentes formas, es fácilmente combinable y sus colores y acabados nos trasladan a otro escenario, el de un mar cristalino y en calma. Dentro de su catálogo ofrecen mesas, bancos, maceteros, trofeos, mobiliario a medida y letras y logos.

Viento en popa

Por el camino se van uniendo nuevas empresas como Viña Esmeralda, que se compromete a "retirar el equivalente a 10 botellas de plástico del mar Mediterráneo" por cada botella de vino que vendan, o Garden Gourmet que, además de tomar cartas en el asunto para "eliminar 14.5 toneladas de redes fantasma de los mares durante 2022" ha lanzado VUNA, que se presenta como una "alternativa vegetal al atún". Otro ejemplo de colaboración viene de la mano de Alain Afflelou, que al igual que hacía la empresa de vinícola, por cada gafa vendida colaboraba en la extracción de plásticos. Con esta última acción "se retiraron más de 344.000 botellas de plástico del Mediterráneo", tal y como informan en la web de Gravity Wave.

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Dave Robinson en Unsplash.