Aunque lo mejor sea comprarlas frescas, también puedes usar las enlatadas, porque el proceso de elaboración no reduce sus propiedades pero si te genera menos trabajo. Las frescas debes lavarlas bien y remojarlas con vinagre o limón (para que no se pongan negras) y cocinarlas en trozos grandes, con poca agua y durante poco tiempo. Puedes consumirlas en crudo (con aceite), cocidas (en agua entre 35 y 45 minutos), al vapor, salteadas (previa cocción para evitar que queden duras), a la brasa y al horno.

Hay recetas muy sencillas y fáciles de preparar en las que puedes combinar las alcachofas con los alimentos que desees buscando un equilibrio nutricional fundamental para la salud. Te proponemos:

1-Ensalada. Combina brotes de lechuga, salmón, huevo cocido, tomates cherry, cebolleta, nueces y alcachofas en conserva al natural. Alíñala con aceite de oliva virgen, orégano, sal y limón o vinagre de manzana.

2-Alcachofas con garbanzos. Coloca en el fondo de la sartén una cantidad pequeña de aceite de oliva para que no se peguen. Corta (o compra ya cortado) jamón serrano en tacos pequeños y rehógalo en la sartén. Añade una lata de alcachofas cortadas a la mitad o en cuartos lavadas con agua. Añade las alcachofas a la sartén con el jamón. Aliña con orégano, ajo en polvo y albahaca. Abre un bote de garbanzos y lávalos con abundante agua sobre un colador. Ponlos en la sartén junto a los otros ingredientes. Vuelve a aliñar con las mismas especias. Deja que se vayan haciendo a fuego lento y removiendo continuamente. Sírvelo caliente.

3-Pizza casera. Su contenido calórico y nutricional depende de los ingredientes empleados en su elaboración (queso, carne, pescado y vegetales, normalmente). Es posible comprar la base fresca ya elaborada o hacerla tú misma. Cúbrela con salsa de tomate natural. Pon encima queso (bajo en grasa y sal, por ejemplo), fiambre de pollo o pavo (lo más natural posible), un bote de alcachofas al natural cortadas en cuartos y aceitunas negras sin hueso. Por encima puedes poner queso rallado si te gusta. Precalienta el horno a 180 grados. Introduce la pizza en el horno durante 10-15 minutos. Sírvela caliente.

4-Caldo de puerro y alcachofa. Hierve 3 puerros y 4 alcachofas en un litro de agua a fuego lento durante 8 minutos. Cuela el caldo obtenido, pásalo a un recipiente y bébelo (frío o caliente) en el mismo día para aprovechar todas sus vitaminas.

5-Revuelto de alcachofas. Puedes utilizar alcachofas enlatadas (o las que hayas cocido para preparar el caldo anteriormente descrito), las cuelas, las cortas, las sazonas (empleando sal, orégano, perejil y ajo, por ejemplo) y las salteas en sartén. Añade gambas cocidas, pavo o queso, por ejemplo, y rehógalos con las alcachofas. Añade el huevo batido hasta que cuaje.