La evitación experiencial explicaría problemas en los que el afectado no desea ponerse en contacto con experiencias privadas particulares (sensaciones físicas corporales, emociones, pensamientos, recuerdos y conductas, por ejemplo) y que deliberadamente trata de evitar, alterar y cambiar la forma, la ocurrencia y el contexto que ocasiona esos eventos privados.

Los pilares fundamentales en esta terapia serían el papel que juegan los eventos privados en las explicaciones de los problemas de las personas que realizan un control inadecuado de lo que viven y la importancia de la relación terapéutica.

También tiene importancia el contexto social porque enfatiza la idea de que se puede y se debe conseguir un control cognitivo y emocional para alcanzar una vida satisfactoria, aunque la base del problema sea ese intento de control.

Para romper con esa negativa actuación que genera problemas, esta terapia propone como alternativa a la evitación, la aceptación. Aceptar activamente un evento o una situación, sentir sentimientos como tales sentimientos, pensar pensamientos como tales pensamientos (no lo que los genera) y recordar recuerdos como tales recuerdos (no cómo afectan).

En general, se podría decir que consiste en no evitar, controlar o cambiar los elementos que forman parte del problema. La Terapia de Aceptación y Compromiso trabaja entre la aceptación y el cambio. Propone aceptar lo que no se puede cambiar y comprometerse a cambiar lo que se puede cambiar y merece la pena para el paciente. Es una forma de intervención muy individualizada porque siempre ha de adaptarse a la persona a la que se aplica y a la experiencia y habilidades del terapeuta.

Se incluyen seis fases en el desarrollo de esta terapia. Serían:

1-Desesperanza creativa. Pretende romper las conductas de evitación que el paciente lleva tiempo aplicando para solucionar el problema (que contribuyen a su mantenimiento) y eliminar el soporte verbal y social.

2-El control es el problema y no la solución. Intenta demostrar que sus intentos de control constituyen el propio problema por lo que debe dejar de hacer lo que hacía hasta ese momento.

3-Construyendo la Aceptación. Es un proceso de desliteralización del propio lenguaje para eliminar su relación con las emociones o los recuerdos y proponer la aceptación psicológica.

4-Establecimiento del yo como contexto y no como contenido. Implica situar verbalmente la construcción del yo como persona, como centro desde el que actuar y diferenciarlo de las emociones, pensamientos o recuerdos.

5-Valoración. Analizar los valores personales, los fundamentos desde los que actúa y las bases verbales para escoger y valorar una dirección personal.

6-Disposición y compromiso. Comprometerle con el cambio de conducta, sin instrucciones directas. A partir de las conclusiones y decisiones a las que llega el afectado al final de la terapia, estará dispuesto a adoptar cambios por sí mismo.