El mito de Narciso se originó en la mitología griega y fue relatado por el poeta romano Ovidio en su obra "Las Metamorfosis". Según la leyenda, Narciso era un joven extremadamente hermoso que ...
El mito de Narciso se originó en la mitología griega y fue relatado por el poeta romano Ovidio en su obra "Las Metamorfosis". Según la leyenda, Narciso era un joven extremadamente hermoso que despertaba el deseo de todos aquellos que lo veían, pero que era incapaz de amar a nadie. Un día, mientras se encontraba en un bosque, se detuvo a contemplar su propia imagen reflejada en un arroyo y se enamoró perdidamente de ella.
Narciso se quedó allí, obsesionado con su propia imagen, sin moverse ni comer hasta que finalmente murió de hambre y sed. Después de su muerte, en el lugar donde se encontraba nació una flor que lleva su nombre. El mito ha sido interpretado como una alegoría sobre la vanidad y el amor propio excesivo, así como sobre la incapacidad de amar a otros y la falta de empatía, y ha sido una fuente de inspiración para la literatura, el arte y la cultura en general a lo largo de la historia.
El narcisismo es un término que, a menudo, se asocia con una personalidad egocéntrica, arrogante y excesivamente centrada en uno mismo. Sin embargo, en psicología, se considera que el narcisismo existe continuamente, con el narcisismo sano en un extremo y el narcisismo patológico en el otro.
El narcisismo sano se refiere a un nivel saludable de autoestima y autoconfianza. Las personas con un grado adecuado de narcisismo sano tienen una actitud positiva hacia sí mismas y pueden reconocer y apreciar sus fortalezas y debilidades. Además, pueden alcanzar sus objetivos de crecimiento personal y establecer relaciones interpersonales saludables y satisfactorias respetando los límites de los demás.
Por otro lado, el narcisismo patológico es un trastorno de personalidad caracterizado por los sentimientos, entre otros, de grandeza y prepotencia, fantasías de éxito y poder, junto con la sensación de ser especial y único, sentir una gran necesidad de atención excesiva y admiración explotando al mismo tiempo las relaciones interpersonales – con envidia y poca o nula empatía hacia los otros – para sus propios fines.
Las personas con narcisismo patológico muestran comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad y pueden ser insensibles y manipuladoras en sus relaciones interpersonales. En la adolescencia hay una clara fase narcisista ya que la persona experimenta la complejidad de construir su identidad, y aprende a autorregularse para finalmente definir su persona y personalidad.
"La persona narcisista puede incluso sufrir depresión y ansiedad cuando no recibe la atención que esperaba o sentirse abrumada por la presión constante de mantener una imagen perfecta", comenta Anna Valentina Caprioli, psicóloga de Buencoco. "Es importante tener en cuenta que no todas las personas con rasgos narcisistas experimentan estas dificultades en la misma medida: cada individuo es único", subraya.
La línea entre el narcisismo sano y patológico puede ser difícil de discernir, ya que ambos comparten características similares. Sin embargo, hay algunas diferencias clave. En el caso del narcisismo patológico, la persona tiene una necesidad constante de atención, aprobación y validación y puede ser muy defensiva cuando se cuestiona su autoimagen.
En el caso del narcisismo sano, la persona puede reconocer sus limitaciones y estar dispuesta a recibir críticas constructivas.,Es importante destacar que el narcisismo patológico puede tener graves consecuencias en las relaciones interpersonales (a menudo la persona no consigue amar ni amarse a sí misma), la vida profesional y la salud mental en general.
No es fácil el diagnóstico y a menudo el término está sobre utilizado y banalizado. El tratamiento con un psicólogo especializado puede ser muy útil ya que no olvidemos que detrás de la imagen de una persona que parece muy egocéntrica puede haber un malestar interior profundo.
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