Tras vivir un desastre natural, son frecuentes reacciones como aislamiento, falta de concentración, llanto e ira. En momentos así, es fundamental tener paciencia y conseguir que la persona afectada perciba el acompañamiento real de quienes la rodean. Sería recomendable escucharla, no hacerle preguntas que no quiera responder, estar pendiente si ...
Tras vivir un desastre natural, son frecuentes reacciones como aislamiento, falta de concentración, llanto e ira. En momentos así, es fundamental tener paciencia y conseguir que la persona afectada perciba el acompañamiento real de quienes la rodean. Sería recomendable escucharla, no hacerle preguntas que no quiera responder, estar pendiente si la situación amenaza su vida, dejarla llorar sin cuestionarla, mostrar interés real, respetar su silencio, acompañarla sin juzgarla, aportarle alguna solución y tatar de distraerla de lo sucedido. Puede ser preciso contar con apoyo profesional.
Si has vivido algún trauma emocional es importante no caer en la negación ni ocultar los sentimientos que te genera el trauma padecido. Especialmente cuando se ha sufrido en la niñez y no ha sido abordado correctamente, se puede caer en esta negación considerada como un mecanismo de defensa que debe ser tratado por un profesional.
También es necesario evitar el aislamiento que impide buscar ayuda en el entorno más cercano o pedir cita con un profesional. En esta situación, pueden presentarse emociones negativas como culpa o tristeza y generar un desequilibrio emocional. Lo adecuado sería hablarlo y explorar otros puntos de vista sobre la situación para poder afrontarla desde una perspectiva crítica y constructiva para la persona afectada y para quienes la rodean.
Los expertos señalan 5 pasos que pueden ayudarte a superar un trauma:
1-Aceptación. Reconocer, identificar y aceptar la situación vivida y analizarla desde diversos puntos de vista te permitirá aceptarla. Suele resultar doloroso, pero puedes pedir ayuda a tu pareja, familiares, amigos o asistencia profesional.
2-Autoconocimiento. Aprender a conocernos y a identificar nuestros cambios de pensamiento, especialmente a nivel de inteligencia emocional y relaciones con nosotros mismos y los demás.
3-Autoestima. Tras sufrir un evento traumático, la autoestima se reduce y es necesario comenzar a fortalecer la autoconfianza y seguridad.
4-Apoyo afectivo. Es importante evitar el aislamiento o desconexión con las personas que aprecias. Fortalecer los lazos y las relaciones con las personas más cercanas a ti es fundamental para afrontar correctamente cualquier tipo de trauma.
5-Ayuda profesional. Pedir cita con un psicólogo es uno de los pasos más importantes. Suele suceder que los traumas han formado parte de nuestra vida durante mucho tiempo y no han sido reconocidos ni han salido al exterior. Esta situación favorece que resulten complicados de abordar y que cueste esfuerzo afrontarlos. El proceso terapéutico con un profesional es fundamental para disfrutar de una adecuada salud mental.
La recuperación precisa de la identificación y la aceptación de la situación traumática. Ciertas herramientas emocionales, como la resiliencia, son fundamentales en este proceso y en cualquier ámbito de tu vida. No temas acudir a un profesional especializado que te ayudará a mejorar tu salud y aumentar tu bienestar.
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