Los expertos señalan la existencia de factores sociales que influyen en nuestros hábitos alimentarios (la propia accesibilidad a los alimentos, es decir, las características geográficas del lugar en que vivimos, el clima, la situación económica personal y del país, la infraestructura de comunicación). A todo ello se unen las características ...
Los expertos señalan la existencia de factores sociales que influyen en nuestros hábitos alimentarios (la propia accesibilidad a los alimentos, es decir, las características geográficas del lugar en que vivimos, el clima, la situación económica personal y del país, la infraestructura de comunicación). A todo ello se unen las características personales de cada uno de nosotros, ya que influyen factores como la edad, el estado de salud, la presencia de enfermedades o alergias, las preferencias sensoriales y las motivaciones estéticas.
De manera general, los factores que influyen en nuestras decisiones nutricionales serían:
1-El consumo de alimentos no es un acto ejecutado únicamente para satisfacer el hambre. La mayoría de las comidas que realizamos, las hacemos en compañía de otras personas y ninguna comida se puede realizar sin la colaboración directa o indirecta de otras personas.
2-Comer en compañía de otras personas, afecta también a nuestra ingesta. Comemos menos cantidad cuando lo hacemos con amigos, pero, por el contrario, comemos más cantidad cuando lo hacemos con familiares en un ambiente relajado.
3-Si comemos solos de manera habitual, somos capaces de decidir en cada ocasión lo que queremos comer o no. Además, esta soledad nos permite seguir una dieta específica vegana o vegetariana, por ejemplo, sin necesidad de tener que ponernos de acuerdo con otras personas.
4-Los factores que más pueden influir en nuestra alimentación son los socioeconómicos y culturales. Normalmente en función del estatus social y económico que se disfrute, la alimentación es distinta. Si nuestro poder adquisitivo es bajo, generalmente llenamos la cesta de la compra con alimentos no perecederos ya que su coste siempre suele ser menor y garantizamos tener comida durante más tiempo, por lo tanto, seguiremos una dieta más rica en hidratos de carbono. Si nuestro poder adquisitivo es alto, generalmente llenaremos la cesta de la compra con alimentos más frescos y de precio superior.
5-El número de personas que viven en el hogar es un factor determinante. Cuando el tamaño familiar es grande, el gasto en alimentos es menor porque se realizan dietas más ricas en hidratos de carbono y más pobres en grasas y proteínas.
6-Las personas que emigran a otros países en los que las costumbres son diferentes, generalmente se ven obligadas a modificar sus hábitos alimentarios por los cambios en las rutinas diarias o por la falta de ingredientes específicos para elaborar las recetas propias de su cultura. Pero no todo es negativo porque también se incluyen en su dieta diaria alimentos nuevos propios del país en el que se instalan, produciéndose así un enriquecimiento cultural a nivel gastronómico.
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