Observa con detenimiento tu lugar de trabajo, verifica que lo que está encima de la mesa y en las estanterías es de vital importancia para desempeñar tu actividad laboral. Ten a mano una papelera por si hay que tirar algún que otro papel o algún elemento inservible. Tras la pandemia aún quedan muchos empleados que continúan trabajando desde casa o que combinan esta modalidad con la presencialidad, dependiendo del día de la semana en el que se encuentren. Una vez decidido los artículos con los que te vas a quedar, pásale un paño al mobiliario y comienza a organizar. Esto te ayudará a visualizar donde se encuentra cada componente y, por otra parte, al poder ver todo el espacio disponible limpio mejorará tu concentración, evitando la sensación de estrés que surge cuando esto está patas para arriba. Utiliza los organizadores de escritorio, como las cestas con compartimentos en las que podrás colocar los bolígrafos, subrayadores, tijeras, grapadora, los post-it, el celo, etc., emplea las bandejas para tener a mano los folios limpios o los documentos con los que estés trabajando, guarda en los archivadores tus facturas o aquellos archivos importantes, así podrás tenerlos clasificados por carpetas.

Para continuar viendo el escritorio de trabajo limpio coloca un elevador de monitor, en el caso de que estés utilizando uno de sobremesa, o un soporte para el portátil, así ganarás un espacio extra en la superficie y te permitirá colocar el dispositivo a la altura de los ojos, evitando posturas incómodas. Además, es una manera también de que este se ventile mejor. Para una mayor practicidad pásate a la doble pantalla, de modo que podrás contar con una expansión del escritorio virtual para trabajar de una manera más cómoda y productiva. En una puedes estar consultado el correo, abrir documentos y en la más grande utilizarla para trabajar. Esto es posible tanto si tienes un portátil como un ordenador al uso. Si eliges la primera opción, adquiere un teclado inalámbrico, que te resultará más cómodo a la hora de escribir que si lo hicieras a través del teclado del portátil. Para impedir que la mesa se raye pon encima de ella un protector o una alfombrilla de escritorio amplia, de estas que abarcan una gran parte de la superficie. Con la alfombrilla podrás prescindir de la alfombrilla de ratón, ya que esta actúa como tal al contar con una textura lisa por la que el ratón se moverá con facilidad.

Foto de Ken Tomita.

Cuelga en la pared un planificador, anota en él las tareas pendientes con un color y ve tachando las que ya están listas con otro distinto. Podrás ver a golpe de vista lo que tienes que hacer y cuando algunas tareas estén acabadas te sentirás satisfecha y motivada para coger las siguientes con más energía. Y en la agenda apunta las citas importantes, las fechas límite de entrega, las visitas al médico, entre otras.

Photo by Anete Lusina.

Para impedir que la mesa se llene cables y se acabe formando una enredadera entre el cargador del móvil, el del ordenador, el de la tablet o el de los auriculares, el enchufe de la lámpara… Utiliza regletas o mételas en cajas de ordenación con orificios incluidos para ocultar y almacenar estos aparatos sin que estén desperdigados por la mesa o el suelo. A su vez existen unos soportes que se fijan a una esquina o un lateral del escritorio y donde se puede insertar los cables, manteniéndolos localizados. Otra versión sería los que vienen en cinta para enrollar el cable y fijarlo con velcro. Por último y no menos importante, decora las paredes de este espacio con cuadros que te agradecen, coloca alguna planta en la estantería o en algún rincón de la sala y una lámpara decorativa o neón.

Foto de Luis Miguel P. Bonilla.

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Spacejoy en Unsplash.