La alergia al frio o urticaria por frío no solo se manifiesta en otoño e invierno, cuando las temperaturas son más bajas, sino que puede desencadenarse también en verano porque se utiliza aire acondicionado en las viviendas, en las tiendas, las oficinas y los medios de transporte. Además, en verano, es habitual consumir bebidas y alimentos fríos y bañarse en la piscina o el mar, donde el agua puede no estar tan caliente como desearías. Es necesario extremar las precauciones porque todo el cuerpo entra en contacto con el frío y se recomienda meterse poco a poco o hacer una prueba en un área del cuerpo (las manos o los pies) antes de zambullirse.

Para realizar el diagnóstico de la alergia al frio suele emplearse el test del cubito de hielo. Es una prueba que consiste en aplicar hielo, de manera controlada, en el antebrazo del paciente durante cinco minutos y observar si, tras 10 minutos, se produce algún tipo de reacción en la zona. Es una prueba, aparentemente simple, que debe realizarse siempre en la consulta de un alergólogo.

Las consecuencias de la alergia al frío no suelen ser alarmantes porque en la mayoría de las ocasiones la urticaria es leve y desaparece pronto. En algunos casos, cuando la exposición al frío es intensa y el afectado presenta ciertas características específicas, puede llegar a producir síntomas graves. La exposición al frío puede causar bajada de la tensión arterial, mareo o pérdida de conciencia, similar a lo que sucede cuando se presenta una reacción alérgica grave, llamada anafilaxia.

El tratamiento más eficaz contra la urticaria por frío se centra en aportar información al paciente, para que se proteja de la exposición al frío y seguir unas pautas sencillas entre las que destacarían:

1-Abrigarse. Es preciso abrigarse convenientemente de forma preventiva al salir a la calle en los días con bajas temperaturas. Gorros, bufandas y guantes son tus aliados.

2-Administrar antihistamínicos. En ocasiones, es posible prevenir la aparición de síntomas si se consumen antihistamínicos antes de la exposición al frío.

3-Emplear fármacos específicos. Cuando las reacciones son moderadas, es posible emplear fármacos como antagonistas de los leucotrienos y corticoides sistémicos. En las raras ocasiones en las que se presentan casos graves, se recomienda el empleo de un autoinyector de adrenalina para evitar la anafilaxia o prevenirla mediante medicamentos biológicos.

4-Evitar ingerir bebidas y alimentos fríos. Es importante evitar el consumo de cubitos de hielo o helados, ya que se podría provocar un edema de glotis.

En algunas hay situaciones, las personas que pueden padecer urticaria por frío deben tener especial cuidado. Si deben someterse a una intervención quirúrgica, es importante que el quirófano tenga temperatura ambiente adecuada y las transfusiones deben realizarse a temperatura adecuada.