Muy popular entre los atletas que practican deporte extremo, el método Wim Hof está ganando cada vez más adeptos debido a que está siendo practicado cada vez por más y más celebrities. Este tipo de entrenamientodebe su nombre al atleta holandés Win Hof, que practica deportes extremos y que cuenta ...
Muy popular entre los atletas que practican deporte extremo, el método Wim Hof está ganando cada vez más adeptos debido a que está siendo practicado cada vez por más y más celebrities. Este tipo de entrenamientodebe su nombre al atleta holandés Win Hof, que practica deportes extremos y que cuenta con varios récords Guinness, entre otros, subir al Everest en bañador o nadar en las aguas del Ártico. ¡Casi nada! Se trata de un método que combina varias pautas que ayudan a fortalecer el cuerpo y la mente, y que destaca por una serie de prácticas de terapia de frío con ejercicios de respiración y concentración. Pero a pesar de convertirse en un método muy popular, no resulta nada fácil. Al contrario. Requiere de altas dosis de esfuerzo, concentración y fuerza de voluntad.
Por ello, lo aconsejable es ponerse en manos de un profesional. Eso sí, esta mezcla de ejercicios de respiración profunda y entrenamiento a bajas temperaturas favorece el sistema inmunitario, mejora el rendimiento deportivo, reduce el estrés, ayuda en la calidad del sueño y aumenta la regeneración de los tejidos. Asimismo, aparte de aumentar el rendimiento deportivo, los que lo practican afirman que ayuda a conectar mejor con el propio cuerpo, fortaleciendo el sistema inmunitario.
Este sistema de entrenamiento es utilizado, sobre todo, para desarrollar control sobre el cuerpo y la mente, buscando un funcionamiento óptimo de todo el conjunto. Se basa en tres pilares fundamentales que vamos a ver a continuación:
- Respiración: basada en la hiperventilación controlada, se recomienda practicarla estando tumbado, en un entorno seguro, con el estómago vacío, dejando la mente en blanco y tratando de meditar hasta que pueda realizarse sin dificultad. Esto mejorará la frecuencia cardíaca, la presión arterial, subirá la temperatura corporal y mejorará la capacidad de trasnportar oxígeno alos pulmones.
- Exposición al frío: aquí la respiración pasará a ser nasal con inhalaciones y exhalaciones largas y profundas. Aunque se puede empezar con unos pocos segundos de agua fría después de la ducha, lo ideal es ir aumentando el tiempo y reduciendo la temperatura hasta ser capaces de hacer inmersiones de hielo durante un máximo de dos minutos.
- Enfoque mental o concentración: es la última fase, la más importante, y es la que se basa en el enfoque mental. Aquí es necesario ponerla en marcha desde el primer momento junto a las otras dos, porque el manejo de la respiración y tolerar el frío exigen paciencia, control y determinación.
¿Te atreves a ponerlo en práctica?