Botánicamente pertenece al género Mentha, utilizada desde hace años porque se le atribuyen propiedades saludables. Se conocen varias especies y cientos de variedades como la Mentha spicata (hierbabuena) o la Mentha pulegium (poleo).

En su composición química destaca la presencia de betacarotenos, vitaminas (A, del grupo B, C y E) y minerales (calcio, fósforo, magnesio y potasio). Su aporte calórico es escaso y contiene una baja cantidad de grasa e hidratos de carbono. Destacable es la presencia de mentol, que le da esa característica refrescante tan reconocible.

Entre las numerosas variedades de menta destacarían:

-Menta piperita, muy aromática y de color verde. Su aroma es intenso, anisado, fresco y un poco picante. Se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y se considera descongestiva de las vías respiratorias.

-Hierbabuena. Es la variedad más conocida. Sus hojas son rugosas y es muy aromática. Se considera adecuada para mejorar trastornos digestivos. Se añade al té verde o al mojito de manera habitual para facilitar la digestión.

-Menta poleo. Se emplea como infusión de manera habitual para facilitar la digestión tras la comida.

Los expertos señalan que, entre las propiedades de las hojas de menta, destacarían:

1-A nivel digestivo mejoran las digestiones, pues actúan antes de la comida, activando las glándulas salivales y, tras la ingesta, estimulando las glándulas secretoras de enzimas digestivas. Se consideran reductoras de la diarrea, las náuseas y los vómitos.

2-A nivel respiratorio, reducen la congestión nasal y mejoran la tos asociadas a los catarros estacionales, previenen la rinitis alérgica y se consideran relajantes bronquiales.

3-A nivel general, alivian el dolor de cabeza, se consideran coadyuvantes de la pérdida de peso para quienes están a dieta porque se cree que eliminan la grasa ingerida, resultan adecuadas para el cuidado de la boca y refrescan el aliento.

4-A nivel tópico reducen el picor de la piel y actúan como antiséptico. Algunos expertos señalan que mejoran el acné. Evitan la picadura de insectos pudiendo emplearse como repelente aplicado directamente a la piel o en forma de velas que aportan mentol a la zona en la que se están quemando.

Pero no todo son ventajas porque se considera que no debe consumirse si se padecen reflujo gastroesofágico o cálculos biliares y pueden interferir con algunos medicamentos por lo que se recomienda consultar al médico si la menta está indicada en cada caso concreto.

Se emplea en la cocina en su forma fresca o seca para elaborar carnes, sopas, pescados, bebidas o pasteles. Se utiliza el aceite de menta para elaborar helados y el jarabe de menta para preparar bebidas con y sin alcohol. Además, se emplea en numerosos productos de uso higiénico (como dentífricos, champús y enjuagues bucales) y en inhaladores, caramelos y chicles, entre otros.