Obesidad, diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca o dislipemia son algunas de las patologías potencialmente graves a los que predispone el síndrome de ovario poliquístico (SOP), la alteración endocrina más frecuente entre las mujeres en edad fértil, con una incidencia que está entre el 6 y el 21%. Además, es la ...
Obesidad, diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca o dislipemia son algunas de las patologías potencialmente graves a los que predispone el síndrome de ovario poliquístico (SOP), la alteración endocrina más frecuente entre las mujeres en edad fértil, con una incidencia que está entre el 6 y el 21%. Además, es la causa más frecuente de ausencia de ovulación.
Laura Blasco, ginecóloga de la clínica Ginefiv de Madrid, nos explica lo más relevante sobre el SOP, como los factores determinantes que predisponen a desarrollarlo. En este sentido, señala que "es una patología que tiene una base genética, eso quiere decir que puede verse presente en varios miembros de una misma familia". Por otra parte, hay causas ambientales que influyen a la patología, como el sedentarismo y una dieta inadecuada que condiciona un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad. "También hay factores durante la vida intrauterina, como la diabetes gestacional, el sobrepeso o un exceso de andrógenos en la madre, que pueden aumentar el riesgo de SOP (así como otras enfermedades metabólicas en la edad adulta)", agrega.
En el síndrome de ovario poliquístico existen tres tipos de alteraciones que implican consecuencias para la salud: un exceso en la producción de hormona LH, un trastorno metabólico que implica resistencia a la insulina y un aumento en la producción de andrógenos (hormonas sexuales masculinas). "La alteración en la producción de hormonas, por una parte, condiciona que las pacientes con SOP no ovulen correctamente y, por otra, que puedan aparecer signos clínicos del aumento de andrógenos (aumento de vello corporal, acné y alopecia)", expone la ginecóloga.
A nivel metabólico, "la resistencia a la insulina condiciona un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2". Asimismo, indica que "las pacientes con SOP tienen más tendencia al sobrepeso y alteraciones en el metabolismo de los lípidos (hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia), lo que conlleva un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares".
Entonces, ¿cuáles son los síntomas que pueden dar la voz de alarma a la hora del diagnóstico? Según Blasco, las alteraciones menstruales, que se encuentran en el 70% de las pacientes. "Los ciclos menstruales suelen ser largos (reglas con intervalos de más de 45 días) y, en ocasiones, puede aparecer amenorrea (ausencia de menstruación)".
Por otra parte, "los signos clínicos del exceso de andrógenos son el hirsutismo (aumento de vello corporal), acné y alopecia". "Otro síntoma asociado al SOP es el sobrepeso u obesidad, que está presente en la mitad de las pacientes, y suele ser de tipo androide, con mayor acúmulo de grasa en la zona abdominal", agrega.
Igualmente, en aquellas pacientes que asocian resistencia a la insulina y obesidad puede aparecer acantosis nigricans, que es un oscurecimiento y engrosamiento de la piel en las zonas de pliegues (como las ingles y axilas).
Conocer los síntomas es fundamental, puesto que "el diagnóstico precoz es importante para evitar consecuencias a largo plazo por el déficit de estrógenos (que puede aumentar el riesgo de cáncer de endometrio) y la resistencia a la insulina (que condicionar una diabetes tipo 2 y un síndrome metabólico)", como subraya Blasco.
Igual que es también necesario que el tratamiento del síndrome de ovario poliquístico englobe todos los aspectos implicados en el mismo. "La modificación de los hábitos de vida es fundamental para reducir el sobrepeso y obesidad en estas pacientes. Además, una dieta sana y equilibrada reducirá la posibilidad de que las pacientes desarrollen una diabetes tipo 2", señala la doctora.
Por otra parte, indica que existen diferentes estrategias farmacológicas para regular los diferentes desórdenes endocrinos como fármacos con efecto antiandrogénico (citrato de clomifeno e inhibidores de la aromatasa) y los insulinosensibilizantes (metformina y derivados del inositol).
En aquellas pacientes donde se unan esterilidad y SOP, prosigue, "se utilizarán fármacos inductores de ovulación y, en función de la edad y de otras circunstancias concurrentes, puede ser necesario utilizar técnicas de reproducción asistida como Inseminación Artificial o Fecundación in Vitro". "No es una patología que se `cure´ pero sí que se puede controlar para minimizar sus consecuencias", aclara.
Por último, la ginecóloga menciona que "en algunos casos, los ginecólogos hablamos de `ovario poliquístico´ para referirnos a un grupo de pacientes que tienen alteraciones en la ovulación y una imagen ecográfica característica pero no cumplen todos los criterios del `síndrome de ovario poliquístico´". En estos casos, concluye, "el manejo es mucho más sencillo, ya que no existen alteraciones endocrinas graves asociadas".