Los anticoagulantes utilizados para tratar estos problemas deben ser prescritos y pautados por el médico. Los pacientes que toman anticoagulantes deben seguir sus indicaciones y conocer las implicaciones y recomendaciones que acompañan a este tratamiento. Destacaría que:

-Es importante seguir una dieta regular y reducir el consumo de alimentos ricos en vitamina K o que producen muchos gases (aguacate, grelos, espinacas, coliflor, garbanzos, lentejas, kiwi, etc.)

-Cuidado con el alcohol, porque aumenta el efecto de los anticoagulantes orales.

-No fumar, pues también interfiere en el mecanismo de coagulación.

-Evitar engordar o hacer dietas sin control del especialista.

Diarrea y vómitos Como la medicación administrada por vía oral se absorbe a nivel digestivo, se debe tener cuidado en estas situaciones. Si se vomita inmediatamente después de la toma, no le va a hacer efecto. Si la diarrea es persistente, deberá ajustarse el tratamiento. Acude al médico si te encuentras en estas circunstancias, ya que podría ser necesario adelantar la fecha de control y/o ajustar la dosis de anticoagulante.

Fitoterapia Muchos compuestos interfieren en el tratamiento, pudiendo potenciar el riesgo de sangrado y hemorragias. Podemos señalar algunas de uso frecuente como echinácea, efedra, allium, ginkgo, ginseng, hipérico, valeriana, etc. No es recomendable la combinación de productos fitoterapéuticos y el tratamiento con anticoagulantes, salvo indicación expresa del médico.

Cuida tu dieta Todos debemos hacerlo, pero más aún quienes siguen algún tratamiento farmacológico. El paciente tratado con anticoagulantes debe comer de manera sana y variada, siguiendo una dieta equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos, salvo modificación del médico. Si el especialista ha dado alguna recomendación específica debe seguirse, ya que puede asociarse a ciertas patologías que precisan una dieta especial (diabetes, hipertensión, elevados niveles de colesterol, etc.).

Recomendaciones generales

-Sigue una dieta equilibrada sin realizar cambios bruscos o someterte a regímenes de adelgazamiento incontrolados.

-Haz ejercicio físico moderado a diario: caminar, nadar, bailar, etc.

-Evita el consumo abusivo de alimentos ricos en vitamina K (coles, brécol, repollo, castañas, acelgas, espinacas, perejil, habas, etc.) ya que pueden interferir con la medicación.

-Puedes tomar vino o cerveza en pequeñas cantidades en las principales comidas si el médico no te lo prohíbe. No consumas bebidas de alta graduación.

-Evita grasas y fritos. Cocina al vapor, horno, plancha, papillote, etc.

-No cambies arbitrariamente la cantidad de vitamina K de la dieta. Un descenso repentino aumentaría el efecto anticoagulante con riesgo de hemorragias; un aumento podría reducir el efecto anticoagulante y aumentar el riesgo de trombos.

-Una dieta basada en verduras frescas puede interferir en el efecto del anticoagulante, por lo que puede ser necesario ajustar la dosis. Cuidado especial los vegetarianos.

-Algunos refrescos contienen sulfato de quinina, que puede interferir en el tratamiento.

-Bebidas con acetilsalicílico como conservante también deben ser evitadas. Lee las etiquetas.

-Elige alimentos frescos y sanos. Evita los precocinados.

-No te automediques. Algunos medicamentos aumentan el efecto anticoagulante del tratamiento. Como ejemplo: antihistamínicos, antiinflamatorios, antirreumáticos, algunos antipiréticos (como la aspirina), sulfamidas, hormonas tiroideas, etc.

-No consumas suplementos vitamínicos o productos de fitoterapia sin control médico.

-Consulta todas tus dudas al médico.