Se denominan conductas autolesivas las que causan daño directo y deliberado a uno mismo. Es importante señalar que, de manera general: -La autolesión o lesión autoinfligida se define como un acto llevado a cabo por una persona con la intención de hacerse daño físicamente a sí mismo. -La autolesión no suicida ...
Se denominan conductas autolesivas las que causan daño directo y deliberado a uno mismo. Es importante señalar que, de manera general:
-La autolesión o lesión autoinfligida se define como un acto llevado a cabo por una persona con la intención de hacerse daño físicamente a sí mismo.
-La autolesión no suicida se define como la destrucción deliberada de tejido corporal sin intencionalidad suicida y con fines no aceptados socialmente. Se busca causar daño deliberadamente y de manera inmediata. Existen múltiples formas de autolesionarse (golpear, cortar, rascar, pellizcar o raspar la superficie corporal, por ejemplo).
-La sobreingesta de fármacos y la ingestión de sustancias tóxicas o potencialmente peligrosas. En este caso puede llegar a ser difícil diferenciar cuando se producen con intencionalidad suicida y, normalmente, no provocan un daño físico inmediato.
Existen varios factores de riesgo de aparición de las conductas autolesivas. Destacarían la presencia de trastornos mentales, factores contextuales, relacionales, traumáticos, uso indebido de internet y redes sociales y aumento del distanciamiento social, entre otros. Pueden aparecer, especialmente, cuando se suman varios de estos factores de riesgo.
Las clasificaciones internacionales de referencia (CIE-10 y DSM-5) incluyen las autolesiones desde perspectivas diferentes. La CIE-10 las incorpora a nivel de síntoma y el DSM-5 establece dos categorías diagnósticas diferenciadas. Esta distinción no es lo más relevante para la persona afectada, pero es necesario conocerla.
Algunos especialistas señalan que la distinción entre las autolesiones no suicidas y las suicidas sería la intencionalidad. En las suicidas, se engloban conductas autolesivas que pueden tener diferente grado de ideación, motivación e intencionalidad suicida. Además, otros aspectos diferenciales son la gravedad o letalidad de la conducta, la frecuencia, la función, el método, el estado emocional y los trastornos mentales asociados. Es necesario intentar diferenciar, si es posible, ambos tipos de autolesiones tanto conceptual como clínicamente para realizar un diagnóstico correcto y pautar el tratamiento más adecuado.
Desde el punto de vista clínico los especialistas tratan de diferenciar ambos tipos de autolesión para poder organizar correctamente la toma de decisiones sobre el manejo clínico, aunque la diferenciación puede ser compleja y ambos tipos de autolesiones pueden coexistir.
Entre los factores asociados a la dificultad de distinguirlas en la práctica clínica destacarían la coexistencia entre ambos tipos de autolesión ya que, en algunas personas, ambas formas de daño autoinflingido pueden superponerse. El grado de intencionalidad suicida puede ser difícil de estimar porque la motivación de la autolesión es compleja y puede variar incluso dentro del mismo episodio.
Sea cual sea la situación, es necesario acudir al médico o al especialista y explicar la situación. Se precisa atención profesional para poder decidir los pasos que deben darse para tratar de manera correcta el problema.