El poder de la cúrcuma, un antiinflamatorio natural

María Robert 

La cúrcuma aporta múltiples beneficios, destacando su capacidad en atenuar la inflamación en articulaciones y músculos, particularmente en el caso de las personas que practican deporte

27/12/2024

La época de Navidad es sinónimo de excesos, sobre todo, en lo que a ingesta de comida y alcohol. Pero eso no quita que, en la medida de lo posible, mantengamos una dieta equilibrada que nos permita cierto equilibrio en el organismo. Ante esto José Luis Castilla, especialista en Medicina ...

La época de Navidad es sinónimo de excesos, sobre todo, en lo que a ingesta de comida y alcohol. Pero eso no quita que, en la medida de lo posible, mantengamos una dieta equilibrada que nos permita cierto equilibrio en el organismo. Ante esto José Luis Castilla, especialista en Medicina Física y Rehabilitación y colaborador de Marnys nos habla del poder de un ingrediente específico: la cúrcuma. Y es que esta sabrosa especia de origen asiático ha ganado popularidad gracias a sus numerosos beneficios en el organismo. Uno de los más destacados es que ayuda a reducir la inflamación en articulaciones y músculos, de gran relevancia sobre todo en personas que practiquen deporte o de avanzada edad y con más posibilidad de presentar afecciones del sistema óseo.

Su compuesto activo, la curcumina, posee potentes propiedades antiinflamatorias. Actúa inhibiendo ciertas moléculas que desencadenan procesos inflamatorios en el cuerpo, convirtiéndola en un recurso natural en el alivio de las molestias y la rigidez asociada con los tejidos conectivos de las articulaciones.

Además, la cúrcuma también puede favorecer el control de la inflamación provocada por el ejercicio y aliviar las molestias musculares y agujetas, favoreciendo la recuperación y el rendimiento3. Por ello, se ha extendido notablemente su consumo entre deportistas y personas con un estilo de vida activo.

Ya que el organismo no tiene una gran absorción de cúrcuma, sino que presenta un metabolismo rápido y elimina diariamente la cantidad que no puede asimilar, es recomendable incorporar la curcumina en la dieta de manera regular. Podemos encontrar la cúrcuma habitualmente en polvo para añadirla a nuestras comidas y otras recetas, o a través de complementos alimenticios.

"La cúrcuma, gracias a esta actividad antiinflamatoria, favorece la movilidad articular y el bienestar de huesos y articulaciones", explica el especialista, "por esta razón, en personas que practican ejercicio moderado de forma regular, suplementos con cúrcuma como Condrohelp Forte, con un aporte de 4,8mg de curcuminoides y otros ingredientes como el colágeno, glucosamina y condroitina, son ideales en episodios de molestias en el sistema osteoarticular".

El frío también tiene efectos en los tejidos conectivos

A esto se suma que, durante el invierno, las bajas temperaturas pueden intensificar las molestias en los huesos y las articulaciones, afectando especialmente a quienes ya suelen notarlas el resto del año o han tenido algún golpe previo que afecte al sistema musculoesquelético. El frío provoca que los músculos y los tejidos conectivos se contraigan, lo que resulta en una mayor sensación de rigidez y malestar.

Esta condición puede influir en personas con otras afecciones, ya que el clima frío puede aumentar la dificultad para moverse con libertad y flexibilidad. "De esta manera, no solo afecta la movilidad física, sino que también impacta en la calidad de vida de las personas. La rigidez puede limitar la capacidad para realizar actividades del día a día, como caminar, subir escaleras o incluso realizar tareas domésticas", explica el Castilla.

Asimismo, las molestias constantes pueden disminuir la motivación para mantenerse activo, fundamental en el bienestar general, por lo que es importante adaptar nuestra rutina diaria en estos casos y así seguir un estilo de vida saludable en nuestros huesos y articulaciones.

Cómo disfrutar del invierno sin molestias articulares

En este sentido, el doctor comparte algunos consejos fáciles de implementar en casa con los que se puede hacer frente a esta situación y poder disfrutar de la temporada invernal. El primero es realizar ejercicios de bajo impacto, como caminar, nadar o practicar yoga, que favorecen la flexibilidad sin ejercer demasiada presión sobre las articulaciones. Este tipo de ejercicios fortalecen los músculos que rodean las articulaciones, aportando un soporte adicional que atenúa la aparición de molestias.

Por otro lado, las aplicaciones de calor local, como almohadillas térmicas, pueden aliviar la rigidez articular. El calor favorece la circulación sanguínea en las áreas afectadas, relajando los músculos5 y teniendo efectos positivos en la elasticidad de los tejidos conectivos ofreciendo una mayor amplitud en los movimientos. Además, los baños tibios proporcionan un alivio físico inmediato con un efecto calmante.

De igual forma, los masajes son una técnica infalible que atenúan la tensión muscular y favorecen la movilidad articular, puesto que, al aplicar presión y movimiento en la zona, se puede llegar a una sensación de relajación.

 

 

 

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