Los retinoides y el ácido hialurónico son dos activos que no solo funcionan bien juntos, sino que se necesitan para potenciar sus beneficios. Por un lado, los retinoides son conocidos por su capacidad para estimular la renovación celular y la producción de colágeno, mientras que el ácido hialurónico asegura hidratación ...
Los retinoides y el ácido hialurónico son dos activos que no solo funcionan bien juntos, sino que se necesitan para potenciar sus beneficios. Por un lado, los retinoides son conocidos por su capacidad para estimular la renovación celular y la producción de colágeno, mientras que el ácido hialurónico asegura hidratación y elasticidad, contrarrestando posibles efectos secundarios como la sequedad.
Según Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8, "los retinoides hacen el trabajo pesado de regeneración, mientras el ácido hialurónico se encarga de que el proceso sea lo más cómodo y eficaz posible para la piel". Por su parte, Lara González agrega que el ácido hialurónico actúa como un "amortiguador" que minimiza el riesgo de irritación al potenciar la hidratación. En conjunto, ambos activos trabajan para mejorar la textura, luminosidad y firmeza de la piel.
El retinol puede tener un leve efecto irritante, por lo que se recomienda usarlo por la noche para no exponerse al sol tras su aplicación. Igualmente se sugiere comenzar con su empleo una o dos veces por semana y con concentraciones bajas del 0,1%. Por su parte, el ácido hialurónico carece prácticamente de efectos secundarios y es adecuado para casi todo tipo de pieles.
El orden es crucial para obtener los máximos beneficios de esta dupla. La rutina de aplicación de estos dos principios activos siempre debe empezar con el lavado de la cara con agua tibia y un limpiador suave. A continuación: