Según la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad y Enfermedades Metabólicas (SECO), en el Estado se estima que más de un 25% de la población presenta obesidad, un factor de riesgo para diversas patologías graves como diabetes tipo 2, hipertensión o enfermedades cardiovasculares. Cirugía bariátrica: cómo funciona Cuando tratamientos como la ...
Según la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad y Enfermedades Metabólicas (SECO), en el Estado se estima que más de un 25% de la población presenta obesidad, un factor de riesgo para diversas patologías graves como diabetes tipo 2, hipertensión o enfermedades cardiovasculares.
Cuando tratamientos como la nutrición o la medicación no han dado resultados, la cirugía bariátrica se ha consolidado como una opción altamente efectiva para el tratamiento de la obesidad. Así lo explica Jon Poncela, quien, tras someterse a una cirugía bariátrica en Policlínica Gipuzkoa, ha conseguido transformar su vida.
"Hace siete meses que me operé y he bajado alrededor de 40 kg. Pasé por unos años muy difíciles, en los que gané peso y dejé de salir de casa. Mi madre me animó a acudir a Policlínica Gipuzkoa y, tras valorar la opción de la cirugía, decidí dar el paso. Ha sido un acierto total, me ha devuelto las ganas de vivir y de hacer deporte", explica Jon.
José Luis Elósegui, cirujano general de Policlínica Gipuzkoa y especialista en cirugía bariátrica, resalta que Jon representa el perfil típico de pacientes que recurren a esta intervención. "Es un paciente joven que ha sido deportista, pero que, tras dejar su actividad física, comenzó a ganar peso de manera descontrolada. Con el tiempo, se encerró en sí mismo y perdió su vida social. La cirugía ha supuesto para él un nuevo comienzo", señala el especialista.
Elósegui recalca que la cirugía bariátrica no es una solución mágica, sino que debe ir acompañada de un cambio en los hábitos de vida. En este sentido, la gastrectomía en manga, la técnica empleada en el caso de Jon, es una intervención que reduce el tamaño del estómago, limitando la ingesta de alimentos y disminuyendo la producción de grelina, la hormona del hambre. "El paciente deja de tener ansiedad por la comida y debe aprender a alimentarse de manera saludable, complementando la intervención con ejercicio físico para consolidar los resultados", explica el cirujano.
Tras la operación, Jon tuvo que adaptarse a una nueva relación con la comida. "Al principio es extraño, porque comes y bebes muy poco, pero con el tiempo te acostumbras y entiendes que se trata de un proceso de adaptación. Ahora disfruto del deporte y me siento mejor conmigo mismo", relata.