El insomnio es una enfermedad del sueño que se presenta con frecuencia y por diferentes causas. Provoca, además de la incomodidad de no poder dormir, una inadecuada recuperación que impide a quien lo padece afrontar correctamente las actividades cotidianas por falta de energía. La calidad del sueño es baja y ...
El insomnio es una enfermedad del sueño que se presenta con frecuencia y por diferentes causas. Provoca, además de la incomodidad de no poder dormir, una inadecuada recuperación que impide a quien lo padece afrontar correctamente las actividades cotidianas por falta de energía. La calidad del sueño es baja y no mejora aunque pases un mayor número de horas acostada.
Existen varios tipos de insomnio en función de sus características específicas. El insomnio de conciliación se presenta cuando es complicado el inicio del sueño porque el individuo presenta un estado de hipervigilia o de ansiedad relacionado con factores externos. En el insomnio de mantenimiento el comienzo del sueño es más fácil, pero no su estabilidad porque durante la noche se presentan numerosos despertares y la persona se despierta con sensación de cansancio, pudiendo estar relacionado con un proceso de ansiedad aguda o con un estado depresivo encubierto. En el insomnio terminal, la persona no tiene dificultades para conciliar el sueño, pero se despierta durante la noche y no puede volver a dormirse.
Las causas son muy diversas e incluso el problema puede agudizarse en ciertas épocas del año. El insomnio de tipo primario suele deberse a un episodio de estrés agudo (problemas laborales o familiares, por ejemplo). El insomnio de tipo psiquiátrico suele estar provocado por un desorden emocional (como la depresión). Algunas enfermedades orgánicas que cursan con dolor (como la artritis o las úlceras gástricas, por ejemplo), la ingesta de sustancias que afectan al estado de ánimo (alcohol, cafeína o drogas) o un trastorno en el ritmo de la respiración nocturna (ronquidos y apnea) pueden alterar el sueño.
Los especialistas señalan que algunas recomendaciones pueden ayudarte si presentas insomnio. Destacarían:
1-Cambiar hábitos. Evita consumir café, té, cola, alcohol y tabaco poco antes de acostarte. Utiliza la cama únicamente para dormir.
2-Controlar el ambiente. Los sonidos, la luz y la temperatura de la habitación deben ser adecuados.
3-Determinar los tiempos. No dedicar a la siesta más de 20 minutos. Establecer y seguir horarios. Dormir el tiempo preciso para lograr un buen despertar.
4-Establecer pautas adecuadas. No acostarse hasta que se tengan ganas de dormir. No meterse en la cama inmediatamente después de haber comido o bebido en exceso, ni hacerlo con hambre o sed.
5-Evitar el sedentarismo. El ejercicio moderado efectuado durante el día tiene efectos positivos, pero no se recomienda realizar ejercicio físico violento en horas cercanas a la noche.