Jardines en miniatura: cómo el arte del terrario mejora el ánimo  

Sonia Baños

¿Y si te dijéramos que un pequeño rincón verde, encerrado en un frasco de cristal, puede ayudarte a sentirte más serena, creativa y conectada contigo misma? Aunque parezca algo sacado de un cuento, los terrarios no solo son una tendencia decorativa con encanto, sino también una auténtica herramienta de bienestar emocional. Hoy en esvivir.com te contamos los detalles sobre cómo esta forma de jardinería en miniatura puede transformar tu entorno… y tu estado de ánimo.  

14/05/2025

Un jardín de cristal que también florece por dentro Los terrarios son pequeños ecosistemas que se cultivan en recipientes transparentes, como jarrones, bomboneras, frascos o incluso copas de cristal. En su interior, conviven plantas, tierra, piedras y otros elementos naturales, formando una especie de paisaje contenido, sereno y casi mágico. Pero ...

Un jardín de cristal que también florece por dentro

Los terrarios son pequeños ecosistemas que se cultivan en recipientes transparentes, como jarrones, bomboneras, frascos o incluso copas de cristal. En su interior, conviven plantas, tierra, piedras y otros elementos naturales, formando una especie de paisaje contenido, sereno y casi mágico. Pero lo realmente maravilloso es lo que provocan en nosotras.

Tener plantas en casa está demostrado que reduce el estrés, mejora la calidad del aire y favorece una sensación general de bienestar. Y cuando hablamos de terrarios, estos beneficios se amplifican gracias a su diseño íntimo y su proceso de creación. No es solo "tener una planta más": es observar, cuidar, construir algo con tus propias manos y disfrutarlo a diario. Es una forma de reconectar con el aquí y ahora.

En un mundo donde las prisas y las pantallas nos alejan del contacto con lo natural, un terrario se convierte en un pequeño recordatorio verde de lo esencial. Estimula la atención plena, calma la mente y, sin darte cuenta, te invita a bajar el ritmo. Y lo mejor: no necesitas experiencia previa ni un balcón soleado para empezar.

Crear un terrario: un ritual terapéutico y creativo

Montar un terrario puede ser una experiencia casi meditativa. Desde elegir las plantas (como musgos, suculentas, helechos o fitonias), hasta colocar las piedras decorativas, las capas de arena y tierra, y decidir la composición final, todo el proceso invita al juego, a la creatividad sin juicio y a la conexión con los sentidos.

No hay una única forma correcta de hacerlo. Puedes guiarte por el color, la textura, la forma… o simplemente por la intuición. Y lo mejor es que no se trata de un proyecto exigente. Puedes hacerlo en una tarde tranquila, sola, con tus hijos o incluso con amigas. Es una actividad perfecta para desconectar del ruido mental y reconectar contigo misma, incluso si nunca te has considerado "manitas" o "de plantas".

Una vez terminado, ese pequeño jardín seguirá acompañándote en el día a día. Observarlo, regarlo de vez en cuando, limpiarlo o simplemente disfrutar de su belleza silenciosa puede convertirse en un ritual diario de bienestar.

Bienestar en formato mini… y sin complicaciones

Otro de los grandes atractivos de los terrarios es que requieren muy poco mantenimiento. Si eliges un terrario cerrado (ideal para musgos y plantas que adoran la humedad), este se autorregula gracias a la condensación del agua y apenas necesitarás abrirlo o regarlo una vez al mes, o incluso menos. Solo hay que colocarlo en un lugar con luz indirecta y vigilar que no se forme moho.

En el caso de los terrarios abiertos, más apropiados para cactus y suculentas, basta con regarlos con moderación y evitar la exposición directa al sol durante muchas horas. Son opciones ideales para quienes creen que no tienen "mano verde", viven en pisos pequeños o no disponen de mucho tiempo para cuidar plantas.

Y más allá de su facilidad de cuidado, los terrarios son piezas decorativas únicas. Colocarlos en la mesita de noche, sobre tu escritorio, en una estantería del salón o en la entrada de casa transforma el ambiente y lo llena de vida. No es solo una cuestión estética: es una forma de crear un espacio amable y acogedor que te invite, cada día, a respirar un poco más hondo.

Tu rincón verde de bienestar

Dedicarte tiempo para crear y cuidar un terrario no es un simple pasatiempo decorativo. Es un acto de cuidado personal, una forma de volver a lo esencial y de llenar tu hogar de naturaleza, incluso si vives en un apartamento sin terraza. Es un gesto pequeño que genera un impacto grande: te ayuda a frenar, a reconectar, a centrarte. Y eso, en nuestro ritmo diario, es casi un superpoder.

Así que si sientes que necesitas un cambio de energía, que tu mente pide una pausa o que te apetece reconectar con algo más natural y auténtico, prueba a crear tu propio jardín en miniatura. Porque entre raíces, tierra y cristal también florece el bienestar. Y porque, a veces, lo más pequeño tiene un poder enorme.

 

Para que la relación de pareja mejore con los años
Qué es el skin dieting del que todo el mundo habla
¿Cómo funciona el cerebro cuando nos `enamoramos´?

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy