Consulta Despertares, referente en el sector de la salud de la psique, analiza en profundidad qué es este bloqueo emocional, qué lo provoca y cómo podemos empezar a soltar para volver a sentirnos en equilibrio. Claves para entender el estreñimiento emocional 1. Miedo a sentir o a mostrar vulnerabilidad Muchas personas han crecido ...
Consulta Despertares, referente en el sector de la salud de la psique, analiza en profundidad qué es este bloqueo emocional, qué lo provoca y cómo podemos empezar a soltar para volver a sentirnos en equilibrio.
Claves para entender el estreñimiento emocional
1. Miedo a sentir o a mostrar vulnerabilidad
Muchas personas han crecido con la idea de que sentir es peligroso o que mostrar emociones es signo de debilidad. Esta creencia, muchas veces transmitida desde la infancia -por frases como "no llores", "no te pongas así" o "sé fuerte"-, enseña a reprimir en lugar de expresar. El resultado es una coraza emocional que impide conectar con lo que realmente sentimos y nos lleva a vivir desde la desconexión.
2. Autoexigencia y perfeccionismo emocional
La presión por ser siempre funcionales, positivos o emocionalmente "estables" puede llevarnos a negar emociones consideradas negativas, como la tristeza, el enfado o la frustración. Esta autoexigencia emocional genera un clima interno de censura, donde sólo se permiten ciertas emociones. Lo que no se permite, se guarda, se acumula y acaba generando sobrecarga psíquica.
3. Falta de espacios seguros para expresarse
Expresar lo que sentimos requiere confianza, escucha activa y ausencia de juicio. Sin estos espacios seguros (ya sea en la familia, la pareja, el trabajo o el círculo social), las personas tienden a callar por miedo a ser malinterpretadas, rechazadas o ridiculizadas. Esta represión sostenida actúa como un tapón emocional, bloqueando la naturalidad del sentir.
4. Desconexión emocional o alexitimia funcional
Muchas personas no saben lo que sienten. No porque no tengan emociones, sino porque han aprendido a desconectarse de ellas para sobrevivir. Esta desconexión puede traducirse en una dificultad real para identificar y nombrar las propias emociones, lo que impide gestionarlas y expresarlas de manera saludable.
5. Consecuencias físicas y psicológicas
Cuando las emociones no se expresan, se somatizan. El cuerpo se convierte en el contenedor de lo que no se dice: dolores musculares, fatiga crónica, molestias digestivas, insomnio o crisis de ansiedad pueden ser síntomas de emociones retenidas. También a nivel psicológico: irritabilidad constante, sensación de vacío, bloqueo mental o tristeza sin causa aparente.
6. El impacto en las relaciones personales
El estreñimiento emocional afecta directamente a la calidad de nuestras relaciones. La dificultad para expresar lo que sentimos puede generar malentendidos, distancia emocional o relaciones superficiales. Además, no poder pedir ayuda o comunicar el propio malestar aísla y genera una sensación de soledad emocional profunda.
7. La necesidad de liberar para sanar
Liberar las emociones no es un acto de debilidad, sino de salud. Nombrarlas, sentirlas, permitirnos expresarlas (ya sea mediante terapia, escritura, arte, movimiento o conversación) nos ayuda a vaciarnos de lo retenido y abrir espacio a lo nuevo. Soltar no solo alivia: también nos conecta con quienes somos realmente.
8. Reeducar nuestra relación con las emociones
Aprender a validar lo que sentimos, sin juzgarnos, es un paso esencial para salir del estreñimiento emocional. Esto implica desaprender patrones heredados, cultivar la escucha interna y abrirnos a una emocionalidad más honesta, diversa y humana. Porque sentir no es un error: es una forma de estar vivos.