Julián (Alberto San Juan) es un hombre divorciado que presume de lo bien que le va en su trabajo y que decide registrarse en la aplicación de coches compartidos para sacarse un dinero extra. En este viaje con destino a Madrid, la primera en subirse al vehículo es Lorena (Blanca Suárez), una joven que ya es una pasajera habitual porque ya ha tenido la oportunidad de compartir otros viajes con el conductor. Ambos cuentan con cierta confianza y complicidad. Pero este viaje es un poco especial porque el conductor tiene la intención de confesarle los sentimientos que tiene hacia ella, pero de nada sirve planificarlo porque cuando llega la hora de la verdad todo se desmorona y tiene que esperar a que vuelva a surgir el momento adecuado. El siguiente en subirse al vehículo es Rodrigo (Ernesto Alterio), un hombre bastante particular, nunca sabe uno por dónde puede salir: es imprevisible, chulo, borde y tiene todas las papeletas para sacar de quicio al resto de acompañantes. Por último, Sergio (Rubén Cortada) es el último pasajero, un joven músico dispuesto a ir a donde le lleve el viento y desde el principio congeniará muy bien con Lorena. A Julián no le hará mucha gracia su presencia, sobre todo porque teme que su plan inicial salte por los aires. Y es que, a diferencia de él, es un hombre apuesto, no es tan meticuloso y metódico, ni encorsetado, y se deja llevar más bien por la improvisación. 

Nunca des nada por sentado
Como ocurre en todos los viajes por carretera o autopista, hay que parar para repostar o recargar la batería del vehículo y, de paso, aprovechar para estirar un poco las piernas. A partir de aquí, la paciencia de estos compañeros se pondrá a prueba. Rodrigo tiene un carácter y una forma de comportarse bastante especial, ajena a cualquier norma. Es posible que más de uno pierda los papeles y lo que iba a ser un trayecto tranquilo con personas desconocidas se convierta en una auténtica odisea. Persecuciones, controles policiales, enfados, mentiras, gritos, atascos interminables, accidentes y todo tipo de acontecimientos se unirán a esta maraña de catastróficas desdichas, en la que, lejos de terminarse, se volverá todavía más complicada. En un principio, estaba todo totalmente controlado, el tiempo está medido y al volante iba un conductor con notable experiencia, que se toma su tiempo para seleccionar concienzudamente a sus acompañantes para garantizar que el trayecto se haga lo más ameno posible y no existan contratiempos, pero este objetivo se tuerce desde el inicio. Lorena es la única tabla de salvación para Julián, el resto son solo simples añadidos, que ni siquiera encajan entre sí. Este está deseando llegar cuanto antes a la capital para sacarse un peso de encima y olvidarse por completo de este día. Y justo cuando parecía que nada más podía suceder, entra en escena Santiago (Carlos Areces), un hombre misterioso que no les quita el ojo de encima, les seguirá la pista allá donde vayan, esperando el momento oportuno para revelar el motivo de su presencia. 

'El cuarto pasajero' es una alocada y desternillante comedia de aventuras a modo de road trip se puede ver en Netflix. El ritmo frenético de la acción no hará que bajes la guardia. No hay lugar para el aburrimiento porque en cuanto menos te lo esperes, un suceso todavía más rocambolesco que el anterior ocupará la primera plana. Álex de la Iglesia dirige este filme, otorgándole su estilo personal tan característico. 

FOTO PRINCIPAL.: Imagen de portada de la película 'El cuarto pasajero' extraída de la página web de Netflix.