Amor "sin cuerpo": la nueva tendencia entre los jóvenes asiáticos que dicen no al sexo

J.Lizcano

En un mundo donde el sexo se ha vuelto tema común, incluso trivial, emerge una nueva corriente que desconcierta y fascina por igual: jóvenes en países asiáticos como Japón, Corea del Sur y China están eligiendo relaciones sin sexo… y, en casos extremos, incluso sin masturbación.

13/05/2025

No estamos hablando de personas célibes por obligación, ni de individuos que han perdido interés en el amor. Lo que llama la atención es que muchos de estos jóvenes -mujeres y hombres por igual- siguen enamorándose, salen en citas, ven series juntos y se cuidan mutuamente. Pero han decidido conscientemente ...

No estamos hablando de personas célibes por obligación, ni de individuos que han perdido interés en el amor. Lo que llama la atención es que muchos de estos jóvenes -mujeres y hombres por igual- siguen enamorándose, salen en citas, ven series juntos y se cuidan mutuamente. Pero han decidido conscientemente dejar de lado el sexo… y muchas veces también el autoerotismo. ¿El motivo? No es represión, ni moralismo religioso. Es una decisión consciente, una especie de "ayuno erótico" que desafía todas las ideas preconcebidas sobre el deseo, el amor y la intimidad.

Esta elección, que algunos llaman "relaciones blancas" o sekkusu shinai (no tener sexo, en japonés), responde a una serie de factores sociales, emocionales y tecnológicos que están redefiniendo lo que entendemos por intimidad.

¿Por qué renunciar al sexo?

Las razones varían, pero muchas tienen que ver con presión, estrés y cansancio emocional. En países como Japón o Corea del Sur, la vida laboral es tan demandante que, simplemente, no queda energía para una vida sexual activa. Además, el sexo está dejando de ser visto como un componente obligatorio de las relaciones.

De hecho, algunas encuestas que se han llevado a cabo en Tokio, por ejemplo, ponen de manifiesto que casi la mitad de los jóvenes menores de 30 años no ha tenido relaciones sexuales en el último año, y no porque no puedan, sino porque no quieren. La masturbación, en este contexto, también pierde protagonismo: algunos incluso la perciben como un acto que "distrae" o que perpetúa la adicción al porno.

¿Y el amor? Pues más fuerte que nunca

Paradójicamente, muchas de estas parejas aseguran sentirse más conectadas emocionalmente que nunca. Al eliminar la expectativa del sexo, dicen, la relación se centra en la conversación, la compañía, el afecto cotidiano. Se abrazan, duermen juntos, comparten actividades… pero sin presión física.

En algunos casos, la decisión de no masturbarse va de la mano con filosofías orientales como el semen retention (retención seminal) o el taoísmo sexual, que proponen conservar la energía sexual como una forma de poder personal o crecimiento espiritual.

El papel de la tecnología

Aplicaciones de citas como "TanTan", en China, o "Pairs", en Japón, han comenzado a incluir opciones para quienes buscan relaciones sin sexo. También han surgido foros y comunidades digitales donde los jóvenes comparten experiencias y consejos sobre cómo mantener una relación afectiva sin que el sexo esté en el centro.

La inteligencia emocional, el autocuidado y la comunicación profunda son ahora los pilares de estas relaciones, que muchas mujeres aseguran sentir más sanas, menos exigentes y mucho más sinceras.

¿Moda pasajera o cambio de paradigma?

Algunas voces occidentales lo califican como "represivo" o "triste", pero quienes viven esta tendencia no lo ven así. Para muchas jóvenes asiáticas, decir "no" al sexo no significa rechazo al placer, sino recuperar el poder de elegir cómo vivir el amor, sin presiones ni guiones preestablecidos. De hecho, algunas aseguran que estas relaciones les permiten conocerse más a sí mismas, redefinir qué esperan de una pareja y experimentar una forma de cariño menos condicionada por el cuerpo.

Por todo ello, lejos de ser frías o distantes, estas relaciones están explorando una intimidad emocional que no necesita del contacto físico para sentirse real. En un mundo hiperconectado, saturado de imágenes sexuales y relaciones exprés, esta "moda sin sexo" es, curiosamente, una forma de reconectar con lo esencial: el afecto, la conversación, el tiempo compartido.

Quizás no sea para todos, pero invita a reflexionar. ¿Qué lugar ocupa realmente el sexo en nuestras relaciones? ¿Y si lo más revolucionario hoy en día fuera amar y no tocar?

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