Desde Lobo Studio, referentes en interiorismo, se afirma con claridad: el hogar también tiene estaciones, y sincronizarlo con los ciclos naturales es clave para generar bienestar, ligereza y conexión con el entorno. A continuación, algunas claves para hacer el cambio de armario, pero en toda la casa. 1. Textiles fuera de ...
Desde Lobo Studio, referentes en interiorismo, se afirma con claridad: el hogar también tiene estaciones, y sincronizarlo con los ciclos naturales es clave para generar bienestar, ligereza y conexión con el entorno. A continuación, algunas claves para hacer el cambio de armario, pero en toda la casa.
1. Textiles fuera de temporada, fuera del espacio vital
Las mantas gruesas, edredones nórdicos y cortinas pesadas aportan calidez en invierno, pero en primavera solo sobran. Guardarlos no es solo liberar espacio: es un gesto simbólico que invita a soltar peso. Guardar todo lo invernal y dejar entrar tejidos ligeros como lino, algodón o gasa. Cambiar las fundas del sofá o los cojines puede hacer milagros.
2. Luz natural: protagonista absoluta
La luz de primavera es suave, dorada y generosa. No hay excusa para no dejarla pasar. Así que a limpiar los cristales, retirar obstáculos visuales, recoger cortinas o cambiarlas por tejidos vaporosos. Si hay poca luz, jugar con espejos y colores claros para amplificarla.
3. Colores que respiren
Es el momento de dejar atrás los tonos oscuros y los ambientes densos. No se trata de pintar toda la casa, sino de hacer pequeños gestos con gran efecto. Por ejemplo, cambiar los textiles por otros más luminosos (beige, blanco roto, verde salvia, azul cielo), introducir flores, cerámica clara o láminas color pastel. Un cambio sutil, pero transformador.
4. Purga selectiva: orden físico, orden mental
La primavera invita a desprenderse de lo que ya no suma. Acumular cosas resta espacio, claridad y ligereza. Por eso, debes hacer una limpieza por zonas y eliminar lo que no se usa ni aporta valor. Se puede empezar con un cajón o una balda. Bolsas bonitas para donar o reciclar ayudan a disfrutar del proceso.
5. Aromas que despiertan el ambiente
El hogar también se comunica por el olfato. El invierno suele dejar rastros más densos (velas de vainilla, aromas especiados). Es hora de cambiar el aire, literalmente. Qué hacer: abrir las ventanas cada mañana al menos 10 minutos, utilizar aceites esenciales cítricos, lavanda o florales suaves, e incorporar plantas o flores naturales. El sistema nervioso lo agradecerá.
6. Reconfigurar un rincón solo para uso personal
La primavera también es renovación interior. A veces basta con un gesto para crear un pequeño santuario. Lo mejor es reorganizar una mesa de noche, una bandeja de perfumes, una silla junto a la ventana. Crear un espacio de lectura, de autocuidado o de silencio. El hogar también se rediseña desde lo íntimo.
7. Cambiar el felpudo: empezar la renovación desde la puerta
La primavera comienza desde el umbral. Cambiar el felpudo no es trivial: es actualizar el gesto de bienvenida, renovar la energía y dejar fuera el invierno. Te recomendamos elegir uno de fibras naturales, con colores claros o algún mensaje alegre. Es el primer "hola" de la estación.
8. Fruta fresca en la mesa: decoración que se come
Además de ser sana, la fruta de temporada (fresas, naranjas, manzanas verdes, limones) tiene color, forma y aroma. Funciona como centro de mesa natural y viva. Prueba a cambiar el bol de siempre por una fuente bonita o una cesta ligera y dejar la fruta a la vista. Aporta frescura, alegría y vitamina.
9. Flores naturales en espacios inesperados
No hace falta llenar jarrones enormes ni comprar grandes ramos. Tres flores en un vaso de cristal pequeño pueden transformar el ambiente.
Qué hacer: colocar pequeñas flores en el baño, la cocina, el recibidor o junto a la cama. Lavanda, margaritas, ramas verdes o eucalipto duran mucho y dan vida con muy poco.
10. Reorganizar una estantería
No es necesario comprar nada nuevo. A veces basta con mover lo que ya se tiene. Reordenar una estantería es un gesto que refresca la mirada y limpia la energía visual del espacio. Qué hacer: eliminar lo que sobrecarga, agrupar por colores o texturas, mezclar libros con objetos ligeros y dejar algún hueco vacío. El ojo necesita respirar.