En los 30: intensidad y aprendizaje A los treinta parece que todo es posible. Hay fuerza, hay impulso, hay ganas de abarcarlo todo. Trabajo, casa, maternidad, amistades, proyectos… decimos que sí a casi todo, y el cuerpo aguanta. Pero la mente, a veces, empieza a pedir tregua. ¿Te has sentido saturada ...
A los treinta parece que todo es posible. Hay fuerza, hay impulso, hay ganas de abarcarlo todo. Trabajo, casa, maternidad, amistades, proyectos… decimos que sí a casi todo, y el cuerpo aguanta. Pero la mente, a veces, empieza a pedir tregua. ¿Te has sentido saturada sin saber por qué, aunque "todo vaya bien"? No es raro. En esta etapa, la clave es equilibrar.
¿Qué puedes hacer?
A partir de los cuarenta, el cuerpo empieza a hablar de otra forma. El metabolismo cambia, las hormonas se hacen notar, y la energía ya no es la misma de antes… pero eso no es malo. De hecho, muchas mujeres descubren aquí una nueva claridad mental. Ya no se trata de poder con todo, sino de elegir qué vale la pena.
Consejos útiles en esta etapa:
Llegan los cincuenta, y con ellos muchas veces, la menopausia. Cambios físicos, emocionales, hormonales… pero también una sensación de "ahora me toca a mí" que se vuelve muy poderosa. Se sueltan expectativas, mandatos, perfeccionismos. La energía se vuelve más selectiva, más sabia, más tuya.
Claves para acompañarte mejor:
Pasados los sesenta, lejos de apagarse, muchas mujeres redescubren cosas que habían dejado a un lado: pasatiempos, amistades, creatividad. Ya no hay prisa, y eso se nota. El cuerpo quizá pida más pausas, pero también agradece cada gesto de cuidado. Y la mente -si la alimentas con estímulos y afectos- sigue despierta y brillante.
Ideas que te acompañan:
No se trata de mantenerte igual que a los 30. Ni de "parecer" más joven. Se trata de vivir cada etapa con presencia y aceptación. Tu energía cambia, sí. Pero eso no la hace menos valiosa. Solo diferente. Y si la escuchas, si la respetas y si la cuidas como cuidarías a una amiga… te mostrará nuevas formas de ti misma.