Se calcula que alrededor del 40% de la población sufrirá algún episodio de reflujo gastroesofágico a lo largo de su vida. No obstante, solo se considera una enfermedad cuando los síntomas se repiten al menos dos veces por semana y afectan a la calidad de vida, es por ello que ...
Se calcula que alrededor del 40% de la población sufrirá algún episodio de reflujo gastroesofágico a lo largo de su vida. No obstante, solo se considera una enfermedad cuando los síntomas se repiten al menos dos veces por semana y afectan a la calidad de vida, es por ello que se estima que la enfermedad por reflujo gastroesofágico afecta aproximadamente al 15% de la población.
Las doctoras Julyssa Cobian y Laura Olondris, especialistas en Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa, explican que el reflujo atípico "se produce cuando el contenido del estómago asciende hacia el esófago y provoca síntomas fuera del aparato digestivo, como tos persistente, laringitis, carraspera, asma o incluso erosiones dentales", lo que puede confundir el diagnóstico y llevar al paciente a consultar a varios especialistas antes de llegar al especialista en Aparato Digestivo.
En estos casos, el proceso diagnóstico puede requerir de pruebas complementarias como la gastroscopia o la pH-metría esofágica de 24 horas, que permite correlacionar los episodios de reflujo con los síntomas del paciente. "Se trata de un estudio más complejo, pero fundamental cuando los síntomas no son los habituales", subrayó Cobian.
Laura Olondris, centrándose en el tratamiento del reflujo atípico, explica que no todos los pacientes responden a los inhibidores de la bomba de protones (IBPs), el tratamiento estándar para los casos típicos. "Cuando el paciente no mejora con la medicación habitual, es necesario considerar alternativas terapéuticas, tanto farmacológicas como no farmacológicas, como cambios en la dieta, en la postura o incluso tratamientos quirúrgicos en casos seleccionados", indicó.