Rosácea persistente: los errores comunes que impiden su control

Ángela Zorrilla

La rosácea se trata de una afección visible y molesta durante todo el año. Se manifiesta como enrojecimiento, hipersensibilidad y brotes similares al acné. Aprende todo sobre ella y cómo puedes controlar sus brotes.

07/06/2025

"La rosácea es un proceso inflamatorio crónico que afecta a la piel en forma de enrojecimiento, sensibilidad e, incluso, con brotes similares al acné", señala Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD.  "El hecho de que sea crónica, no implica que no se pueda controlar casi en su totalidad, siempre desde ...

"La rosácea es un proceso inflamatorio crónico que afecta a la piel en forma de enrojecimiento, sensibilidad e, incluso, con brotes similares al acné", señala Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD. 

"El hecho de que sea crónica, no implica que no se pueda controlar casi en su totalidad, siempre desde un enfoque integral que abarca cuidado tópico, pero también puede implicar otros aspectos relacionados con el estilo de vida, como la alimentación, y con el control del estrés", añade Ana Yuste, asesora dermocosmética de Rosalique. "Cuando no se consigue controlarla, es porque no se está tratando adecuadamente desde dentro y fuera", resume Marta Agustí, directora nutricional de Advanced Nutrition Programme.

El paso que casi nadie aplica: exfoliar

Al estar asociada a procesos inflamatorios, muchas rutinas cosméticas omiten la exfoliación por miedo a causar irritación. No obstante, se trata de un paso necesario. "El Demodex, un ácaro microscópico que vive en la piel, se multiplica en exceso en personas con rosácea", indica Ana Yuste. "Este bichito, que se alimenta de células muertas y residuos grasos, provoca aún más desequilibrio, que la piel esté más sensible, intolerante y propensa a la deshidratación".

Exfoliar permite eliminar esos restos y reducir la presencia del ácaro. "Se logra reducir su presencia y, de paso, se limpia la piel. Es como matar dos pájaros de un tiro", añade Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijour. Con dos o tres exfoliaciones semanales se consigue mantener la piel fresca, limpia y más resistente.

Cuidar la piel desde dentro

La alimentación y la suplementación también forman parte del control de la rosácea. "Alimentos proinflamatorios como la bollería industrial, muchos azúcares o las bebidas alcohólicas pueden incrementar los brotes de rosácea. Lo mismo ocurre con las comidas muy calientes o picantes", explica Marta Agustí. Además, el equilibrio digestivo puede reflejarse en la piel. "El estado de la piel responde en gran medida a cómo se está por dentro. Suplementos que promuevan una microbiología equilibrada, como los probióticos, o aquellos que fomenten una correcta hidratación, con omegas o ácido hialurónico, apoyarán una piel más calmada y equilibrada", añade la experta.

El retinol, sí, pero bien elegido

El miedo al retinol está muy presente en personas con rosácea, pero hay formulaciones compatibles. "La gente tiene miedo a los retinoides porque se cree que siempre irritan, pero las nuevas fórmulas son muy seguras y derivados como el retinal o el retinART se convierten en propuestas perfectas para una piel con rosácea", sostiene Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode.

"Porque al renovar la piel y promover su regeneración, permite engrosar el tejido y volverlo más fuerte y resistente", añade Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8.

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