Según los datos que manejan los especialistas en España, aproximadamente un 0,5% de la población sufre anosmia y un 17%, hiposmia (pérdida parcial del olfato), aunque estos porcentajes aumentan con el envejecimiento y es mayor el número de hombres afectados por ella. El olfato es un sentido fundamental que permite distinguir ...
Según los datos que manejan los especialistas en España, aproximadamente un 0,5% de la población sufre anosmia y un 17%, hiposmia (pérdida parcial del olfato), aunque estos porcentajes aumentan con el envejecimiento y es mayor el número de hombres afectados por ella.
El olfato es un sentido fundamental que permite distinguir los sabores correctamente. Su carencia puede limitar la vida social y desencadenar alteraciones del estado de ánimo como la depresión.
El sentido del gusto depende en gran medida del olfato. Las personas con anosmia son capaces de distinguir las sustancias saladas, dulces, ácidas y amargas, pero son incapaces de diferenciar los sabores, ya que los aromas no pueden llegar hasta las células sensoriales y estimularlas. Quienes sufren ageusia (pérdida del sentido del gusto), no consiguen disfrutar de la comida y la bebida, lo que influirá en sus hábitos nutricionales (pueden comer menos y perder peso, comer mucho y sufrir sobrepeso o pueden añadir demasiada sal a la comida y ello provoque otros problemas de salud como hipertensión o daños renales, por ejemplo).
Existen varias alteraciones en la percepción olfativa que afectan generalmente a todos los olores, aunque, en algunos casos concretos, pueden afectar a uno solo. Destacarían:
-La pérdida del olfato parcial se conoce como hiposmia y, cuando afecta solamente a uno de los lados de la nariz, puede pasar desapercibida.
-La parosmia es un cambio en la manera en que se perciben los olores por lo que puede volverse desagradable un aroma que es agradable.
-La fantosmia es un tipo de parosmia y describe la sensación de percibir olores que en realidad no existen (estas alucinaciones olfatorias son relativamente raras y suelen asociarse a enfermedades neurológicas o psiquiátricas).
-La heterosmia, es una alteración en la que se confunde un olor con otro.
-La cacosmia es la percepción de un olor desagradable ocasionado por estímulos del organismo sin existencia de moléculas olorosas en el ambiente.
-La osmofobia se refiere a presentar una reacción de miedo al vincular determinados olores con experiencias vitales previas.
Entre las recomendaciones de seguridad que aportan los especialistas en casos de anosmia destacarían:
1-Almacenar los líquidos tóxicos en espacios claramente diferenciados de los destinados a la ingesta. Su aspecto exterior puede ser similar, por lo que es recomendable evitar posibles confusiones entre ellos.
2-No utilizar gas o líquidos inflamables. Evitar su empleo en el ámbito profesional y en el doméstico. Instalar detectores de humo y gases en casa para poder reaccionar cuando se presenten situaciones de riesgo como un incendio, un escape o fuga de gas, por ejemplo.
3-Tener cuidado especial con la conservación de los alimentos. Revisar la fecha de caducidad antes de ingerir cualquier comida o bebida y desechar cualquier alimento que haya excedido el plazo aconsejado por los productores.