¿Sabes lo que es hacer luz de gas?

Carmen Reija

El concepto de luz de gas no es nuevo, pero ha adquirido popularidad en estos últimos años. Cuando se emplea el término luz de gas o gaslighting se describe una violencia psicológica invisible y sutil en la que se manipula a la otra persona para que dude de sus percepciones y experiencias. El perfil de quien la emplea es el de una persona egocéntrica, insegura, mentirosa y sin empatía. Se considera el tipo de manipulación más frecuente en relaciones de pareja y en determinadas relaciones profesionales. Las víctimas de luz de gas ocultan sus propias experiencias para no sentirse nuevamente juzgadas.

24/07/2025

Algunos expertos señalan que se puede definir hacer luz de gas como la manipulación de una persona a otra para que dude de sus percepciones, experiencias o comprensión de los sucesos de la vida. Cuando alguien está sometido a luz de gas, llega a dudar de su propia percepción y ...

Algunos expertos señalan que se puede definir hacer luz de gas como la manipulación de una persona a otra para que dude de sus percepciones, experiencias o comprensión de los sucesos de la vida. Cuando alguien está sometido a luz de gas, llega a dudar de su propia percepción y recuerdos, siente inseguridad, baja su autoestima, se encierra en sí misma y duda de sus propias percepciones y sentimientos. Estas sensaciones se consideran las fases por las que suele transitar una víctima de luz de gas.

En la relación entre víctima y gaslighter, se produce un proceso lento y sutil de confusión por parte de la víctima, que cuestiona cada una de sus experiencias y recuerdos y da más valor y prioridad al criterio de la otra persona. La luz de gas es un sutil modo de violencia psicológica, una agresión intencionada y consciente que atenta contra la estabilidad emocional de la víctima. La persona agredida termina por disculparse con frecuencia, se culpa por no encajar en los parámetros, se esfuerza por ser bien valorada, oculta las propias experiencias para no sentirse juzgada de nuevo y le resulta difícil relacionarse con los demás y tomar decisiones.

Los expertos tratan de delimitar las características de este tipo de violencia psicológica en varios ámbitos. Describen el perfil del gaslighter como una persona que se siente cómoda con el uso del poder, es egocéntrica, tiene dificultades para empatizar, se muestra insegura cuando precisa enfrentarse a la adversidad y le resulta sencillo y cómodo mentir, negar, cuestionar, juzgar y generar malestar en la víctima.

En el ámbito familiar, en la relación de pareja y en el entorno laboral es donde se presentan con mayor frecuencia estas dinámicas de violencia psicológica. De manera general, se producen en relaciones de poder y de dependencia emocional (pareja, determinadas relaciones profesionales o en el colegio, por ejemplo).

La intención de quien hace luz de gas es que la persona a la que manipula termine por perder la confianza en su manera de percibir la realidad. Al no ser violencia física, la víctima y el entorno tienen más dificultades para detectar las señales, pero deja secuelas, aunque no sean visibles (la duda eterna que tiene la víctima sobre su propio criterio y sobre sí misma, el cuestionamiento de su propia salud mental, la inseguridad, la desconfianza, una sensación de indefensión aprendida, un bajo nivel de autoestima y una absoluta dependencia emocional hacia el maltratador).

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