Léa (Elsa Guedj) está decidida a ser rabina por mucho que le pese a los que están a su alrededor. Está contenta, muy ilusionada y tiene ganas de recibir a los primeros miembros de la comunidad para escuchar sus preocupaciones o peticiones y orientarles y aconsejarles para que encuentren respuestas ...
Léa (Elsa Guedj) está decidida a ser rabina por mucho que le pese a los que están a su alrededor. Está contenta, muy ilusionada y tiene ganas de recibir a los primeros miembros de la comunidad para escuchar sus preocupaciones o peticiones y orientarles y aconsejarles para que encuentren respuestas a las preguntas que formulan. Su sinagoga es modesta y no cuenta con grandes medios ni lujos, pero sí con dos grandes pilares, Ilan (Manu Payet) y Perle (Noémie Lvovsky), que estarán con ella en todo momento para echarle una mano, llevarle la agenda o preparar lo que necesite para el culto o la celebración de eventos religiosos.
Al ser una de las pocas mujeres rabinas de Francia tendrá que estar demostrando continuamente lo mucho que vale, no solo a los miembros de la comunidad u a otros compañeros de profesión, sino que también lo tendrá que hacer en su propio hogar y esto será una lucha constante. Su padre André (Éric Elmosnino) no acepta que su hija se dedique a ser un guía espiritual, piensa que es algo pasajero y no la tomará en serio. Le causará bastantes rifirrafes con él, intentándole explicar que no es una moda o un simple capricho, sino que es un trabajo que le llena por dentro y al que le gustaría dedicarse a tiempo completo porque así lo siente. A ella le gusta ayudar a otras personas a encontrar su camino y le reconforta cuando estas resuelven sus problemas, dudas o pesares. Al mismo tiempo, esas reuniones le permitirán cuestionarse y buscarle el sentido a la vida basándose en su experiencia personal y sus conocimientos. Pero su progenitor es ateo, se guía más por el psicoanálisis y la razón. Recibe a pacientes a diario que buscan dar sentido a sus emociones y pensamientos. Es un hombre separado, casi siempre está de mal humor, frustrado por lo que le reconcome por dentro, a pesar de que trabaja como psicólogo, no es muy expresivo ni tampoco exterioriza sus sentimientos. De algún modo, padre e hija están interconectados porque, aunque los métodos son distintos, los dos escuchan con detenimiento a los que acuden a visitarlos y tratan de aliviar su dolor, atender a sus preocupaciones y asesorarles en lo que puedan.
Por su parte, su hermano Joël (Solal Bouloudnine), aunque está independizado, buscará cualquier excusa para visitar la casa familiar. Es totalmente opuesto a Léa, es inmaduro, irresponsable y no tiene oficio ni beneficio. Sin embargo, a pesar de que se mete de manera continuada con su hermana porque ha decidido dedicarse a ser rabina y se pone del lado de su padre para hacerla rabiar y sacarla de sus casillas, sabrá estar ahí cuando Léa lo necesite. Su abuela paterna también es una pieza fundamental para ella, a pesar de que está en una residencia y no habla, continúa visitándola y contándole sus penas. Ella fue la que mejor la comprendió cuando era pequeña porque tenía una manera diferente de pensar a la de su padre y de algún modo supieron conectar y entenderse. Léa, además de dar un salto en lo profesional, está preparada para abandonar el hogar familiar y echar sus raíces en otro lugar, pero acabará sintiéndose mal por como está su padre y esto le hará reflexionar sobre si es un buen momento para irse o lo tendrá que postergar para más adelante.
La serie 'El sentido de las cosas' se encuentra disponible en Max, consta de ocho capítulos y está dirigida por Keren Ben Rafael.
FOTO PRINCIPAL.: Imagen de portada de la serie 'El sentido de las cosas' extraída de la página web de Filmaffinity.