Cuando el arte de vivir parisino se encuentra con el brillo de la moda más exuberante, nace esta joya efervescente: Laurent-Perrier Cuvée Rosé by Shourouk. Esta edición única, una verdadera obra de arte engalanada con cristales Swarovski, celebra la fusión entre el savoir-faire champenois y la estética deslumbrante de la ...
Cuando el arte de vivir parisino se encuentra con el brillo de la moda más exuberante, nace esta joya efervescente: Laurent-Perrier Cuvée Rosé by Shourouk. Esta edición única, una verdadera obra de arte engalanada con cristales Swarovski, celebra la fusión entre el savoir-faire champenois y la estética deslumbrante de la diseñadora parisina Shourouk Rhaiem.
Presentada en el Museo de Arte Contemporáneo de Bangkok, esta pieza única rinde homenaje al chic francés con una sensualidad elegante que refleja la identidad de Laurent-Perrier. Desde 1968, la Cuvée Rosé ha sido emblema de audacia y excelencia, gracias a su meticulosa maceración de Pinot Noir de la Champagne. Hoy, se reinventa como un símbolo de lujo contemporáneo.
«Esta botella captura el instante con espontaneidad y brillo», afirma Shourouk, cuya visión glamourosa y sofisticada encuentra eco en la efervescencia luminosa del champagne. El diseño convierte a la icónica botella en un espejo de luces, que celebra tanto el arte como la celebración.
Por ahora, solo existe una única botella de esta creación espectacular: un testimonio exclusivo de lo extraordinario, reservado para quienes entienden que el lujo también se saborea.
«Para mi instalación en el Museo de Arte Contemporáneo de Bangkok, quise rendir homenaje al arte de vivir parisino, donde el champán Laurent-Perrier encontró su lugar de forma natural. Es el champán que me gusta y representa mi visión del chic parisino: sofisticado, glamuroso y con una efervescencia sensual y elegante. La botella, decorada con cristales Swarovski, refleja la esencia misma de esa efervescencia: es su símbolo y su espejo» en palabras de Shourouk sobre esta colaboración.
Laurent-Perrier, fundada en 1812 en Tours-sur-Marne, es una de las casas de champán más prestigiosas e independientes del mundo. Reconocida por su elegancia, pureza y estilo fresco, la maison ha construido su reputación sobre el respeto a la tradición, la innovación y una exigente selección de uvas, especialmente Chardonnay y Pinot Noir.
Su Cuvée Rosé, lanzada en 1968, es una referencia absoluta entre los champagnes rosados por su color vibrante, expresión frutal y su distintiva botella icónica. Con un enfoque en la vinificación por maceración, Laurent-Perrier ha elevado esta cuvée a la categoría de icono global. La marca representa el arte de vivir a la francesa: sofisticación, excelencia, y momentos de celebración elevados a una forma de arte.
Shourouk Rhaiem es una diseñadora parisina conocida por su universo maximalista, lleno de brillo, color y lujo contemporáneo. Tras formarse en diseño de moda en Studio Berçot y colaborar con casas como Chloé o Galliano, lanzó su propia marca en 2008, revolucionando el mundo de la joyería con piezas híbridas entre bisutería de lujo y arte pop.
Su estilo, que mezcla cristales, influencias orientales y un toque kitsch-chic, ha seducido a iconos globales como Michelle Obama, Sarah Jessica Parker o Beyoncé. Shourouk convierte cada objeto en una declaración de intenciones: audaz, brillante y sin miedo a destacar.
Fundada en 1895 en Austria por Daniel Swarovski, la casa Swarovski es sinónimo de cristal tallado de alta precisión, innovación y excelencia artesanal. Durante más de un siglo, ha elevado el arte del cristal a nuevas alturas, colaborando con diseñadores de moda, artistas y marcas de lujo en todo el mundo.
Swarovski es mucho más que brillo: representa un legado de creatividad y savoir-faire, con cristales que capturan la luz y la transforman en expresiones de belleza pura. Desde la alta joyería hasta la decoración, pasando por colaboraciones en el mundo del cine, la moda y la arquitectura, su firma es reconocible en cada destello.
En la colaboración con Shourouk y Laurent-Perrier, los cristales Swarovski visten la emblemática botella de Cuvée Rosé, convirtiéndola en un objeto de arte efervescente, que fusiona el lujo líquido con el resplandor eterno del cristal.