El estrés vacacional describe la dificultad que tienen algunas personas para modificar su ritmo de trabajo durante las vacaciones porque se sienten desmotivadas y con un estado de ánimo negativo. Afecta especialmente a las personas que viven centradas en sus obligaciones laborales y profesionales y dedican poco o ningún tiempo ...
El estrés vacacional describe la dificultad que tienen algunas personas para modificar su ritmo de trabajo durante las vacaciones porque se sienten desmotivadas y con un estado de ánimo negativo. Afecta especialmente a las personas que viven centradas en sus obligaciones laborales y profesionales y dedican poco o ningún tiempo al ocio, a la familia y a las relaciones interpersonales. Esta situación repercute negativamente en su salud y bienestar. La sensación de malestar podría generar enfermedades psicológicas o del sistema nervioso, dolencias osteomusculares, daños en la vista o problemas de obesidad, entre otras.
Los síntomas del estrés vacacional son idénticos a los que se presentan en cualquier situación de ansiedad y estrés y repercuten a varios niveles. Pueden aparecer dificultades para pensar con claridad, problemas de atención, concentración y memoria, sensación de que no se habla con la misma fluidez, necesidad de comprobar las tareas repetidamente, cansancio, problemas para dormir, sensación de no haber descansado lo suficiente, falta de energía, alteraciones del apetito por exceso o defecto, aumento del consumo de tabaco, alcohol o dulces, dolores de cabeza, musculares y de estómago, pérdida del deseo sexual, sentimientos de tristeza, desmotivación, pocas ganas de hacer cosas, sensación de que no se disfruta de lo que uno hace e irritabilidad.
Entre las causas de aparición de estrés en vacaciones destacarían:
1-El perfil. Serían personas muy autoexigente que se consideran imprescindibles en el trabajo. Les resulta muy difícil delegar, están habituadas a trabajar bajo presión y sienten miedo al irse de vacaciones porque temen lo que pueden encontrarse cuando vuelvan a la rutina.
2-La accesibilidad tecnología. No facilita, en absoluto, la desconexión. Se calcula que más del 50% de la población activa española responde a correos electrónicos y atiende llamadas de trabajo durante sus vacaciones. Algunos lo hacen por deseo (o necesidad) personal, pero son muchos quienes ceden a las exigencias de sus jefes (que consideran lógico que los empleados estén permanentemente conectados) aunque sea contraproducente porque los trabajadores rinden más si pueden descansar y desconectar unos días.
3-La familia. Algunas personas durante el año se centran, únicamente, en las obligaciones profesionales. Cuando, de repente y sin preparación previa, se encuentran con que tienen que atender a su pareja y a sus hijos, sienten agobio y estrés. Además, durante las vacaciones todo suele ser vivido de manera más intensa, lo que puede aumentar los conflictos.
4-La planificación. Tanto si se ha omitido la organización de este periodo con tiempo suficiente y no hay nada qué hacer, como si se planifican unas vacaciones estresantes en la que se han ocupado todas las horas de todos los días, se produce un aumento de los niveles de estrés de la persona y de la gente que la rodea.