Cuidar tu mirada en verano no solo es cuestión de salud, también es un gesto de amor propio. La radiación UV, el cloro de las piscinas, el aire acondicionado y la exposición prolongada a pantallas pueden afectar la salud ocular más de lo que imaginamos. Aquí te contamos cómo mantener ...
Cuidar tu mirada en verano no solo es cuestión de salud, también es un gesto de amor propio. La radiación UV, el cloro de las piscinas, el aire acondicionado y la exposición prolongada a pantallas pueden afectar la salud ocular más de lo que imaginamos. Aquí te contamos cómo mantener tus ojos sanos, frescos y tan brillantes como un atardecer en la playa.
1. Gafas de sol: tu escudo diario
No son solo un accesorio de moda. Las gafas de sol con filtros UV 100% son fundamentales para proteger tus ojos de la radiación ultravioleta, que puede contribuir a problemas como las cataratas, la degeneración macular y la queratitis solar.
Opta por modelos grandes o envolventes que también cubran los laterales, y asegúrate de que tengan la homologación adecuada. ¿Un plus? Las lentes polarizadas ayudan a reducir los reflejos incómodos del agua o la carretera. Y si eres mamá, recuerda que los ojos de los más pequeños también necesitan esta protección.
2. Hidratación para dentro y para fuera
Los ojos también se deshidratan. El sol, el viento y el aire acondicionado pueden provocar sequedad ocular, escozor e irritación. Para contrarrestarlo:
- Bebe suficiente agua (al menos 1,5 a 2 litros diarios).
- Usa lágrimas artificiales si sientes los ojos secos o con picor.
- Evita la exposición prolongada al aire acondicionado.
Además, incluir alimentos ricos en omega-3, como el salmón o las nueces, puede mejorar la lubricación ocular de forma natural. Un truco casero: aplicar compresas frías sobre los párpados al final del día ayuda a reducir la fatiga ocular y la hinchazón.
3. Cuidado con el maquillaje y el cloro
En verano sudamos más, nadamos más y nos maquillamos menos... o al menos deberíamos. El maquillaje en los ojos puede mezclarse con el sudor o el agua de la piscina y causar infecciones oculares. Usa productos resistentes al agua y de buena calidad, y nunca compartas rímel, delineador o sombras.
Y si eres de las que no puede resistirse a zambullirse con los ojos abiertos, opta por gafas de natación: el cloro y otros químicos en el agua pueden irritar seriamente la superficie ocular y provocar conjuntivitis.
4. Pantallas con moderación, incluso en vacaciones
Aunque estés en la playa, lo más probable es que sigas consultando el móvil. Nuestros ojos siguen expuestos a la luz azul de las pantallas, lo que puede causar fatiga visual digital y dolores de cabeza.
Aplica la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mira algo a 6 metros de distancia durante 20 segundos. También puedes activar el modo nocturno o usar filtros de luz azul.
5. Alimentos para una mirada sana
Una dieta rica en vitaminas A, C y E, así como en luteína y zinc, fortalece la salud visual. Zanahorias, espinacas, arándanos, aguacate y pepino son aliados veraniegos y deliciosos.
¿Un truco extra? Colocar rodajas de pepino frías sobre los ojos durante 10 minutos no solo refresca, también ayuda a desinflamar y mejorar la circulación.
Recuerda: ¡tus ojos también toman el sol! Así como proteges tu piel, proporciona a tus ojos también el mimo que merecen. Llevar una rutina de cuidado ocular en verano no requiere grandes sacrificios, pero sí conciencia y constancia. Tu mirada dice mucho de ti-¡haz que cuente!