En primavera y debido al incremento de los niveles de polen, muchas personas experimentan un empeoramiento de los síntomas alérgicos. En España, más del 30% de la población padece algún tipo de alergia, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Ante esta situación, algunos pacientes ...
En primavera y debido al incremento de los niveles de polen, muchas personas experimentan un empeoramiento de los síntomas alérgicos. En España, más del 30% de la población padece algún tipo de alergia, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Ante esta situación, algunos pacientes buscan alternativas complementarias no farmacológicas que les ayuden a aliviar estos síntomas. Una de las terapias naturales que ha ganado visibilidad en los últimos años es la haloterapia, también conocida como terapia con sal.
Este tratamiento se basa en la inhalación de micropartículas de sal en espacios acondicionados -conocidos como "cuevas de sal"- que recrean un ambiente seco y salino, similar al de las minas naturales de sal. La sal utilizada, en su forma más pura, tiene propiedades reconocidas por su efecto antiinflamatorio, antiséptico y mucolítico, lo que puede ser beneficioso para personas con enfermedades respiratorias como asma, rinitis alérgica o bronquitis.
Según profesionales del sector, como Claudia Arango, directora del centro Saltium en Madrid, la haloterapia puede contribuir a reducir la inflamación de las vías respiratorias y facilitar la eliminación de mucosidad, lo que mejora la respiración en momentos de alta exposición a alérgenos ambientales. Además, diversos estudios apuntan a que esta práctica puede reducir en un alto porcentaje los síntomas de la rinitis alérgica y el asma cuando se utiliza de forma regular y supervisada.
Más allá de sus posibles beneficios respiratorios, la haloterapia también se ha vinculado con mejoras en afecciones cutáneas, especialmente aquellas de origen alérgico o inflamatorio como la dermatitis atópica. La exposición a un microclima rico en sal parece ayudar a reducir el enrojecimiento, aliviar el picor y mejorar la hidratación de la piel. En este sentido, puede ofrecer una alternativa complementaria para quienes padecen problemas dermatológicos crónicos, especialmente en niños.
Las cuevas de sal están diseñadas para ofrecer un entorno controlado, con aire renovado continuamente y condiciones higiénicas estrictas. La tecnología empleada en estos espacios permite mantener niveles constantes de sal micronizada en suspensión, con humedad y temperatura reguladas. Además, se ha señalado que la sal, como sustancia natural, actúa como barrera frente a la proliferación de bacterias y virus, contribuyendo a un entorno seguro para los usuarios.
El tratamiento suele consistir en sesiones de entre 40 y 50 minutos, durante ciclos de 10 a 15 sesiones, con una frecuencia de tres a cinco veces por semana, especialmente en los periodos de mayor exposición a alérgenos. Aunque no sustituye a un tratamiento médico, puede emplearse como complemento dentro de un enfoque integral de cuidado de la salud. Numerosos usuarios han compartido experiencias positivas, destacando mejoras en su respiración, descanso nocturno y bienestar general, así como una sensación de relajación durante y después de las sesiones.
Aunque todavía se requiere más investigación clínica para establecer con mayor precisión el alcance terapéutico de la haloterapia, los resultados preliminares y las experiencias acumuladas sugieren que puede ser una opción natural útil para quienes buscan mejorar su salud respiratoria o cuidar su piel durante la temporada de alergias. Como con cualquier tratamiento complementario, se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de iniciar sesiones, especialmente en personas con enfermedades crónicas o niños pequeños.
Más información y direcciones de centros de Haloterapia en saltium.es