Sin embargo, a pesar de la creciente conciencia sobre los trastornos relacionados con la imagen corporal, la vigorexia sigue siendo un tema poco discutido. Esto dificulta su diagnóstico precoz y posterior tratamiento, trayendo consigo efectos perjudiciales a largo plazo. Ante esta situación, los expertos de Sanitas han preparado una serie de ...
Sin embargo, a pesar de la creciente conciencia sobre los trastornos relacionados con la imagen corporal, la vigorexia sigue siendo un tema poco discutido. Esto dificulta su diagnóstico precoz y posterior tratamiento, trayendo consigo efectos perjudiciales a largo plazo.
Ante esta situación, los expertos de Sanitas han preparado una serie de recomendaciones para prevenir y tratar la vigorexia de manera efectiva:
Establecer metas realistas de ejercicio físico: es primordial practicar deporte con objetivos alcanzables y saludables. Por lo tanto, en vez de obsesionarse con el aumento de masa muscular, hay que mantener una rutina de actividad física equilibrada que favorezca el bienestar general. En este punto, es sugerible realizar ejercicios que trabajen todo el cuerpo sin centrarse únicamente en la tonificación de áreas específicas.
Aceptar al cuerpo tal y como es: la autoaceptación es fundamental para evitar trastornos como la vigorexia. Por ello, es importante desarrollar una mentalidad positiva y aprender a valorar el cuerpo por sus capacidades y no solo por su apariencia externa. Bajo esta perspectiva, participar en sesiones de meditación o yoga promueve el bienestar emocional y reduce la presión sobre la imagen corporal.
Consultar con un especialista antes de tomar algún tipo de suplementación: el uso de estas sustancias sin la supervisión de un médico puede ser extremadamente perjudicial para la salud. Por este motivo, los expertos recomiendan que se haga bajo la orientación de un nutricionista o médico deportivo capaz de ajustar la dosis a las necesidades del cuerpo de manera segura.
Promover una cultura de salud integral: en lugar de centrarse solo en la apariencia, es vital tener una visión más amplia de lo que significa "estar en forma". La salud física siempre debe ir acompañada de bienestar emocional, mental y social. De lo contrario, las presiones sobre la imagen corporal y la obsesión con la estética se incrementarán.
Contemplar el deporte como una herramienta de bienestar y no de perfección: es esencial que el ejercicio se perciba como una forma de cuidar el cuerpo y mejorar la salud, no como una carrera hacia un ideal inalcanzable. Por ello, optar por actividades que realmente se disfruten como bailar, nadar o practicar deportes en equipo, es una excelente alternativa para conseguir un cuerpo saludable.