En verano, es común experimentar fluctuaciones en el peso, con la posibilidad de ganar entre medio y dos kilos. Aunque hay quienes pueden aumentar hasta 3 o 5 kilos debido a cambios en la dieta y el estilo de vida, principalmente debido a factores como el incremento en el consumo de alimentos ricos ...
En verano, es común experimentar fluctuaciones en el peso, con la posibilidad de ganar entre medio y dos kilos. Aunque hay quienes pueden aumentar hasta 3 o 5 kilos debido a cambios en la dieta y el estilo de vida, principalmente debido a factores como el incremento en el consumo de alimentos ricos en calorías y la reducción de la actividad física. Antes de entrar en el mes de las dietas, es decir, septiembre, no está de más recordar que lo más saludable y efectivo para quemar los excesos es planificar una nueva rutina de alimentación y ejercicio adaptada a cada uno.
En este contexto, la dieta keto ha ganado popularidad en los últimos años por su capacidad para generar una rápida pérdida de peso en poco tiempo. "Se trata de un plan de alimentación que reduce de forma significativa el consumo de carbohidratos y aumenta la ingesta de grasas y proteínas, lo que induce un estado metabólico llamado cetosis, similar al ayuno, en el que el cuerpo utiliza la grasa como su principal fuente de combustible en lugar de los carbohidratos", explica a EsVivir Miguel Ignacio López Ramiro, médico especialista en medicina familiar y comunitaria, farmacéutico especialista en microbiología y probióticos y colaborador de Schwabe Farma.
Pero hay que tener en cuenta sus riesgos. Y es que, como advierte el doctor, "si no se realiza en base a una serie de precauciones y se prolonga mucho en el tiempo se pueden experimentar problemas gastrointestinales como estreñimiento, hinchazón y gases, así como contribuir al desarrollo de trastornos digestivos crónicos a largo plazo". Igualmente, "se ha observado que la dieta keto y todos aquellos que restringen el consumo de carbohidratos pueden provocar un incremento considerable de los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad, lo que representa un factor de riesgo cardiovascular para tener en cuenta", señala López Ramiro.
Desequilibrio de la microbiota
Aparte, un cambio tan radical en la alimentación que implica una reducción importante en el consumo de alimentos ricos en fibra y carbohidratos complejos puede alterar el equilibrio de la microbiota intestinal. "Estos nutrientes son fundamentales para alimentar a las bacterias beneficiosas del intestino, que desempeñan un papel clave en la digestión, la función inmune y la salud general. Al disminuir su presencia en la dieta, se reduce la diversidad bacteriana, lo que puede debilitar la barrera intestinal y favorecer la proliferación de microorganismos menos favorables, produciendo problemas de salud", desarrolla el experto en microbiología.
En estos casos, por lo tanto, "resulta fundamental acudir a un profesional sanitario y seguir sus recomendaciones para aplicar este plan de alimentación de forma segura y saludable".
Asimismo, el especialista apunta que puede ser oportuno valorar el uso de probióticos como estrategia complementaria de apoyo a la microbiota. En particular, "aquellos que combinan cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium pueden contribuir al mantenimiento del equilibrio de la microbiota intestinal. En este sentido, Pegaso Balance,sería una opción adecuada para promover el crecimiento de bacterias beneficiosas en el tracto intestinal", concluye.