Llevar un estilo de vida más saludable y consciente está al orden del día. Cada vez son más las personas que se preocupan por adquirir productos de proximidad, de calidad, que estén en temporada y que sean equilibrados y variados, con los que poder obtener los nutrientes y vitaminas necesarias ...
Llevar un estilo de vida más saludable y consciente está al orden del día. Cada vez son más las personas que se preocupan por adquirir productos de proximidad, de calidad, que estén en temporada y que sean equilibrados y variados, con los que poder obtener los nutrientes y vitaminas necesarias para afrontar la jornada diaria. La práctica regular de ejercicio físico es otra de sus prioridades, ya que los consumidores buscan sentirse bien no solo a nivel salud, sino también alcanzar el bienestar físico y emocional, manteniéndose en movimiento y fortaleciendo los músculos para ganar en movilidad y fuerza, liberando la tensión acumulada y combatiendo el estrés. El desperdicio alimentario es otro tema que preocupa, por lo que se intenta aprovechar los comestibles que han sobrado para elaborar nuevas recetas y se opta por comprar lo que se necesita realmente, evitando al derroche. Dietas como la vegetariana, la vegana o la crudivegana ganan adeptos, sobre todo entre aquellos que demandan un consumo de productos de origen vegetal y natural, favoreciendo el bienestar y el respecto por los animales y el entorno, así como la sostenibilidad.
El Hospital Clínic de Barcelona - Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) junto con el Consorci d'Atenció Primària de Salut Barcelona Esquerra (Capsbe) ha elaborado un estudio para "conocer cuántas personas siguen un patrón de ingesta exclusivamente vegetariano y compararlas con personas de características similares (edad, ingresos, estudios, etc.) que no siguen una dieta vegetariana", informa Luis González de Paz, investigador del grupo de 'Investigación Transversal en Atención Primaria del IDIBAPS', quien se sitúa al frente del proyecto. De las más de 22.000 personas encuestadas, tan solo un 0,56% reconocen que siguen una dieta vegetariana. El perfil con mayor seguimiento es aquel encabezado por mujeres jóvenes (69%), con estudios universitarios (42%) y que no convive con otra persona en su vivienda (71%). Otro de los datos significativos del informe, publicado en la revista 'Public Health Nutrition', es las diferencias que existen entre aquellos que siguen este patrón alimentario y aquellos que no limitan el consumo de carne o de sus productos derivados. De este modo, un 83% de los vegetarianos reconoce que consume verduras de manera frecuente, frente al 44% del los que no lo son, un 63% toma legumbres varios días a la semana, en comparación al 35% de los que no realizan esta dieta. Con respecto al consumo de comida rápida, un 42% de los vegetarianos asegura que lo hace de forma muy puntual, cifra que asciende hasta las 64% de personas en el caso de los no vegetarianos. Algo similar ocurre con la ingesta de dulces, con un 14% y un 33%, respectivamente. Sin embargo, la investigación también pone de manifiesto que "no se observan diferencias en otros aspectos del estilo de vida ni en las enfermedades que padecen". Lo único que puede llamar un poco la atención es que "el grupo de personas vegetarianas presentaba una mayor probabilidad de mostrar síntomas de depresión", pero como, bien advierte, González de Paz, estos datos "deben interpretarse con cautela: el estudio no puede establecer relaciones de causa y efecto, y es posible que intervengan factores sociales y emocionales que influyan en las elecciones alimentarias".
En cuanto a los lugares en los que la dieta vegetariana tiene un mayor número de adeptos, destacan Cataluña, la Comunidad Valenciana, el País Vasco y las Islas Canarias, donde se registran "hasta 12,2 personas vegetarianas por cada 1.000 habitantes". Por otra parte, en otros puntos de la geografía española, como "en el sur del Estado, la prevalencia cae por debajo de las 2 personas por cada 1.000 habitantes", señalan.
El estudio demuestra que "la elección de la dieta no solo es una cuestión de nutrientes", sino que se deben tener en cuenta otros factores igual de relevantes: "la situación vital de la persona, su situación económica, el bienestar emocional y sus valores personales", por lo que "los consejos nutricionales tienen que ser personalizados, basarse en la evidencia y tener en cuenta los factores antes mencionados", tal y como asegura Natalia Echiburu, médica del CAP Casanova (CAPSBE) y una de las autoras del trabajo.
FOTO PRINCIPAL.: Foto de Victoria Shes en Unsplash.