We love disco es un musical que aúna en el escenario los himnos favoritos de los 70, 80 y 90. Una oportunidad perfecta para recordar aquellas hombreras imposibles y disfrutar con la nostalgia de la bola de espejos. "Quien entra, sale cantando", nos explican sus organziadores.

Cantantes, bailarines, acróbatas y un DJ

En el escenario mandan cinco cantantes que también se atreven con guitarra, bajo o lo que se tercie. No están solos: seis bailarines-acróbatas se encargan de que ni siquiera los más tímidos puedan mantener los pies quietos. Por si fuera poco, un DJ pone la guinda para que la cadena de hits no se corte nunca. El envoltorio tecnológico lo firma un diseño de pantallas LED y efectos robóticos que iluminan cada nota al ritmo de la bola de espejos imaginaria.

Prepárate para disfrutar

A We Love Disco hay que llegar con ganas de corear cada estribillo y dejar que Yllana Producciones haga lo suyo: transformar un concierto en una experiencia que lleva las sonrisas de serie.

Con una duración aproximada de 110 minutos, "We Love Disco" propone un viaje vibrante por los grandes himnos de las décadas de los 70, 80 y 90, en una puesta en escena que mezcla música en directo, humor, teatro gestual y una escenografía impactante. El espectáculo está diseñado para hacer al público partícipe desde el primer momento: Desde que ponen un pie en el recinto se sumergen en una atmósfera totalmente diferente. La acomodación del público, el acceso al espectáculo y hasta la salida serán parte de una experiencia fuera de lo común. Hay sorpresas en cada paso del camino.

Homenaje a la cultura disco

Más que una recopilación de éxitos, este show es una celebración de la cultura disco y del espíritu festivo que marcó a generaciones. Gracias al sello distintivo de Yllana, el espectáculo incorpora elementos teatrales y situaciones inesperadas que transforman el concierto en una vivencia interactiva e inolvidable.

"We Love Disco" es una invitación a cantar, a reír, a dejarse llevar por el ritmo y a vivir el teatro como nunca antes. Una propuesta que conecta con el espectador de forma directa, apelando a la memoria musical y al deseo universal de pasarlo bien.

En el Teatro Apolo de Barcelona hasta el 7 de septiembre.