Si estas Navidades has decidido pasar las fiestas en Mallorca te recomendamos dejarte libre la noche del 24 para poder asistir a una de las celebraciones más especiales y bonitas de la isla balear en estas fechas: el Canto de la Sibila. Una ceremonia que, seas religiosos o no, te llenará el alma. Se trata de un bonito canto que, aunque también se celebra en otros puntos de la península, como Catalunya, en Palma de Mallorca tiene un cariz especial.

Liturgia del Canto de la Sibila

Se trata de un bellísimo canto, interpretado generalmente por un muchacho o una muchacha, al inicio de la Misa del Gallo de la noche del 24 de diciembre. Un cantante que va acompañado de por lo menos de dos acólitos (niños o niñas), ataviados con una túnica con bordados en el cuello y el dobladillo, una capa y un tocado del mismo color que la túnica.

El Canto de la Sibila es un canto a capela, durante el cual se recorre la iglesia en procesión hasta llegar al coro. En ese trayecto el cantante camina con una espada que mantiene erguida delante del rostro, mientras los acólitos lo rodean llevando cirios encendidos. Al finalizar la procesión, el cantante traza una cruz en el aire con la espada. Un canto que solo va acompañado de algunos toques de órgano entre dos versículos, y que resulta dramático y profundamente conmovedor.

En Mallorca se celebra en muchas iglesias, siendo el Canto de la Sibila más emblemático el de su catedral, interpretado por el Coro Capella de Mallorca, o el del Santuario de LLuc en Escorca, donde se encuentra una sala que explica los orígenes de la figura religiosa de la Sibila. La cita en la Catedral de Mallorca, en Palma, es a las once de la noche, con la imponente arquitectura gótica de la Seu como telón de fondo. Mientras que en el Santuari de Lluc se realiza a las siete de la tarda, interpretada por Blauets, el coro infantil de LLuc.

Su origen

La Sibila es un canto de origen medieval del que se conservan diferentes manuscritos del siglo X. Es el canto de un poema sobre el Juicio Final, el Iudici Signum, que reproduce las profecías de Sibila de Eritrea. En su origen eran unas representaciones de aspecto didáctico y moral para hacerlas más entendedoras al pueblo. Se representaban por toda Europa. Pero con el tiempo fueron evolucionando, hasta que la Iglesia consideró que ya no eran útiles y se prohibieron durante el Concilio de Trento. Sin embargo, algunas representaciones pervivieron y han conseguido llegar hasta nuestros días, sobre todo el Mallorca y el Alguer. De hecho, es una de las pocas expresiones folclóricas religiosas de origen medieval que ha sobrevivido. Por ello, en 2020 el Canto de la Sibila fue considerado un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.