A todos nos gustan las cerezas

Carmen Reija

¿Conoces a alguien al que no le gusten las cerezas? Es difícil de encontrar porque las disfrutan personas de todas las edades. Al inicio de la campaña su presio es un poco alto pero piensa que no sólo resulta deliciosa sino que también es muy saludable. Sus compuestos químicos las hacen un elemento sano que debemos incluir en nuestra dieta cuando aparecen en el mercado. Aprovecha el momento porque dura poco.

08/06/2015

El cerezo es un árbol de la familia de las rosáceas como el melocotón o la ciruela. El nombre científico de la cereza es Prunus y las especies más interesantes gastronómicamente son avium y cerasus. Se ha considerado desde siempre un fruto depurativo que ayuda a eliminar las toxinas que ...

El cerezo es un árbol de la familia de las rosáceas como el melocotón o la ciruela. El nombre científico de la cereza es Prunus y las especies más interesantes gastronómicamente son avium y cerasus. Se ha considerado desde siempre un fruto depurativo que ayuda a eliminar las toxinas que acumulamos en el organismo. También a este grupo pertenece la guinda, un poco más ácida y cuyo consumo es más reducido.

Además de comer su fruto, se usan los “rabos” (pedúnculos) para preparar infusiones diuréticas, las flores para decocciones útiles en problemas asociados a la menstruación y la madera para la fabricación de muebles. Este árbol se aprovecha casi absolutamente lo que puede dar una idea de su gran interés comercial.

Desde el punto de vista nutricional, las cerezas aportan elementos fundamentales para el organismo, de manera natural, sin engordar y con efectos interesantes a nivel cerebral pues previenen la pérdida de memoria. Están en su mejor momento (de temporada); su contenido nutricional y su precio son muy adecuados.

Acude al punto de venta. Elige las maduras, que resulten duras al tacto y con el rabo verde. Guárdalas en la nevera. Lávalas bien antes de comerlas para evitar ingerir los compuestos químicos que puedan tener en la piel (pesticidas, abonos, etc.). No te tragues el hueso.

Su composición es muy completa. Contiene: vitaminas como la C, E y ácido fólico; fibra; fitoquímicos antioxidantes como el beta caroteno y minerales como potasio, hierro y magnesio. Presenta una elevada proporción de antocianinas, pigmentos de color morado del grupo de los flavonoides con capacidad antioxidante. Una docena de cerezas aportan unas 25 calorías, por lo que no es necesario excluirlas si te pones a dieta para adelgazar.

Se le atribuyen muchas propiedades interesantes entre las que destacaría:

-Su contenido en melatonina y triptófano. Resultaría relajante y regularía el ciclo sueño-vigilia, alterado en quienes padecen insomnio.

-La elevada proporción de acido fólico es fundamental para nuestro organismo y, en especial, para las embarazadas.

-Las antocianinas resultan interesantes como antioxidantes y para la recuperación muscular.

-El potasio favorece el mantenimiento de la tensión arterial.

-Están indicadas para diabéticos porque su contenido en azúcar no es elevado (100 gr. aportan 10 gr. de azúcar, cantidad similar al kiwi, la manzana o la pera).

-Se considera depurativa (perfecta para eliminar las toxinas acumuladas) y anticelulítica (para reducir la retención de líquidos).

La mejor manera de comerlas es hacerlo en fresco y lavadas simplemente con agua, pero también puedes añadirlas a una ensalada o al gazpacho. Además pueden formar parte de zumos en licuadora o batidos si las mezclas con leche (aunque sea incómodo prepararlos y sacar los huesos), una macedonia o con yogur.

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