Iván Martín
Las distorsiones cognitivas son muy comunes en el transcurso de las emociones de toda persona, basar nuestra conducta en ellas puede llegar a ser una experiencia muy dolorosa.
Las distorsiones cognitivas son interpretaciones erróneas que hacemos de la realidad en la que vivimos; esquemas mentales que nos creamos conformando una distorsión continua de la realidad, produciendo consecuencias negativas en nuestra salud emocional. Las personas desanimadas, triste o con episodios de depresión manejan las distorsiones cognitivas de un modo ...
Las distorsiones cognitivas son interpretaciones erróneas que hacemos de la realidad en la que vivimos; esquemas mentales que nos creamos conformando una distorsión continua de la realidad, produciendo consecuencias negativas en nuestra salud emocional. Las personas desanimadas, triste o con episodios de depresión manejan las distorsiones cognitivas de un modo natural, manteniendo una visión de la realidad totalmente desvirtuada e irreal.
Toda persona en alguna ocasión ha sentido sensaciones negativas y alejadas de la realidad con familiares, amigos, trabajo etc... la distorsión cognitiva comienza a ser un grave problema cuando se interioriza para cualquier razonamiento, infringiendo un daño incalculable a nuestra salud emocional.
Existen varios tipos de distorsiones cognitivas que definen una serie de comportamientos activos deformadores de la realidad, algunos te serán conocidos y otros los reconocerás en tu entorno más cercano:
Personalización. Atribuirse a uno mismo la responsabilidad de las cosas que suceden sin atender a otros factores externos. Mantener una actitud de culpabilidad continua ante toda situación vivida: relaciones personales, trabajo, etc. Por ejemplo si nuestro hijo/a suspende un examen es nuestra culpa, no somos buenos padres.
Inferencia arbitraria. Razonar y extraer conclusiones propias sin ningún tipo de evidencia, dar por hecho lo que piensan y hacen los demás, creando una realidad simulada basada en nuestros pensamientos.
Razonamiento emocional. Ante una emoción provocada en una situación, etiquetarla como una realidad objetiva, por ejemplo llegar tarde a una reunión no significa ser una persona poco organizada.
Abstracción selectiva. Medir una experiencia vivida bajo un aspecto, eliminando el resto de factores; centrar todo los aspectos negativos de una situación ignorando cualquier tipo de información; un desamor no significa que la gente que te rodea no te quiera.
Pensamiento dicotómico. Otro factor que va ligado al pensamiento negativo, consiste en valorar nuestro ser de forma extrema sin valorar ningún otro punto intermedio; cometer un error no significa ser una persona tonta o limitada.
Maximización y Minimización. Una distorsión muy generalizada, consiste en magnificar nuestros errores y los éxitos de los demás, situación nuestro rol social en un nivel inferior alimentando la baja autoestima.
Estos son algunas de las distorsiones cognitivas más frecuentes que pueden padecer nuestras emociones, son sensaciones comunes y naturales pero llevadas al extremo desarrollan una conducta autodestructiva y peligrosa, deben de ser analizadas y en, según el caso, tratadas por un profesional.