La promesa de alcanzar resultados rápidos y fáciles atrae especialmente el interés del consumidor, sobre todo después de épocas como la Navidad o después de unas relajadas vacaciones.

Todos conocemos las famosas dietas del sirope de arce, la alcachofa o la piña, y ahora estamos en la era de los zumos verdes. Todas estas dietas tienen un denominador común, y es que prometen resultados inmediatos. Una semana o quince días no nos salvarán de los daños de comer mal, fumar o beber en exceso cometidos a lo largo de los años. El término détox es más un discurso promocional que científico.

La gran mayoría de dietas détox abarcan desde periodos de ayuno a dietas basadas en caldos, zumos y batidos de frutas y verduras. Excluyen los productos de origen animal, son bajas en energía y pobres en nutrientes.

Estas dietas pueden incluir también el uso de laxantes, diuréticos y suplementos fitoterápicos. Pero el consumo de estos suplementos sin supervisión médica puede llevar a alteraciones metabólicas graves.

El objetivo principal del método détox es depurar el organismo, pero en consecuencia lo que se consigue también es una pérdida de peso.

Nuestro organismo dispone de sistemas de defensa y mecanismos propios para deshacerse de lo que no necesitamos. El cuerpo humano está bien diseñado para eliminar desechos y toxinas, y lo hace con ayuda de varios órganos.

Los riñones, el hígado y los pulmones son los encargados de la mayor parte de la eliminación. Se deshacen de sustancias del torrente sanguíneo y las procesan para que el cuerpo las excrete en forma de heces u orina.

La vida moderna nos expone a toxinas provenientes de insecticidas, herbicidas o fertilizantes. Los doctores definen las toxinas como algo que entra en el cuerpo y tiene un efecto nocivo por sí mismo (como los pesticidas o los metales pesados) o en grandes cantidades, como el alcohol o los medicamentos, como el paracetamol. Un cuerpo sano no necesita de ayuda adicional para poder deshacerse de aquellas toxinas o desechos que lo perjudican.

Entonces, ¿cuál es la mejor forma de que el cuerpo sano se desintoxique?

La respuesta es sencilla: manteniendo una buena alimentación y haciendo ejercicio de manera regular.

Una dieta sana y equilibrada, junto con ejercicio regular y descanso, son la mejor manera de mantenerte saludable y al mismo tiempo permites a los mecanismos naturales de desintoxicación de tu organismo que trabajen por sí solos.

El cuerpo tiene los mecanismos suficientes para desintoxicarse, sólo necesitas tratarlo bien. Y usar estas técnicas de "limpieza" definitivamente no están entre lo que se considera tratarlo bien.