Cada vez son más las personas que se apuntan a las nuevas tendencias de la alimentación para mejorar su dieta y salud. Dejar de comer carne se ha convertido en una situación tan corriente que nadie se sorprende cuando alguien cercano a nosotros nos confiesa que se ha convertido en ...
Cada vez son más las personas que se apuntan a las nuevas tendencias de la alimentación para mejorar su dieta y salud. Dejar de comer carne se ha convertido en una situación tan corriente que nadie se sorprende cuando alguien cercano a nosotros nos confiesa que se ha convertido en vegano o vegetariano.
En una dieta equilibrada no debe faltar ningún nutriente, pero tampoco conviene abusar de un alimento concreto. Si has decidido dejar de comer carne debes hacer lo posible para que tu organismo no sienta la carencia de alguna vitamina importante.
La Organización Mundial de la Salud hace algún tiempo advirtió a los consumidores sobre los riesgos de consumir carne. La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer también hizo lo mismo, argumentando las consecuencias ante un consumo frecuente de carne procesada, haciendo referencia al aumento del desarrollo de determinados tipos de cáncer como el colorrectal.
La exposición no fue tan manifiesta con respecto a la carne roja, aunque también se argumentó un riesgo probable en la aparición de algunos tumores. En cuanto a la carne blanca, no se mencionó nada al respecto.
De ese modo, la OMS manifestó que no había que abandonar tajantemente el consumo de carne, pero que había que disminuir el de carne roja y procesada.
La carne posee algunos beneficios, siendo rica en vitamina B12 y hierro. Sin embargo, si se deja de tomar carne, la salud no se verá resentida, siempre y cuando sea sustituida por otros alimentos que proporcionen sus proteínas.
No incluir carne en nuestra alimentación de cada día no conlleva ningún riesgo, incluso sin la necesidad de tomar algún suplemento extra. Ahora bien, es importante consumir pescado y huevos, alimentos que contienen las proteínas que encontramos en la carne.
Nuestra dieta mediterránea protege el corazón y, siempre y cuando se incluya el consumo de frutos secos y aceite de oliva virgen extra, la incidencia de problemas cardiovasculares es menor.
Ahora bien, el corazón no es el único órgano que resulta beneficiado. Se ha demostrado que la dieta mediterránea conlleva efectos positivos en la depresión (reduciendo significativamente el riesgo de padecerla), así como en la fibrilación auricular o arritmia cardiaca, la función cognitiva y la diabetes tipo II.
La dieta mediterránea no prohíbe en absoluto el consumo de carne, aunque resulta bastante restrictiva en lo que se refiere a la carne roja y procesada. De hecho, los especialistas en nutrición aconsejan dejar de comer cualquier tipo de carne, ya sea blanca o roja, al menos una vez a la semana. De hecho, lo recomendable es:
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