¿Quién duerme mejor? ¿un inglés, un francés o un español? No, no se trata de un chiste rancio y facilón a la altura de los del personaje popular Jaimito, si no de la pregunta que, muy probablemente, se hicieron un día en sede de Fitbit antes de emprender un estudio a nivel mundial sobre la calidad del sueño, segmentado según los países.

¿Y cómo sabe Fitbit cuán bien dormimos? Pues muy simple: sus wearables son capaces de medir dicho parámetro si el usuario los lleva puestos todavía cuando se va a la cama. Es la funcionalidad que podemos encontrar en nuestros dispositivos bajo el nombre Puntuación del sueño.

Dicha funcionalidad da una puntuación en un rango de 0 a 100, que podemos entender de la siguiente forma: entre 90 y 100, la calidad de nuestro sueño es excelente; a la baja, entre 80 y 89 podemos considerarla como buena; entre 60 y 79 es aceptable, y de 59 para abajo hasta el 0, se califica como pobre.

Para lograr la puntuación se tienen en cuenta factores como la duración del reposo, el ritmo cardíaco, y el tiempo que se duerme en cada fase.

Los datos recogidos son luego sincronizados con el servicio en la nube proporcionado por la misma compañía y, de esta forma, es posible realizar el estudio.

Los franceses, los que mejor duermen

El país de las baguettes y de la cocina con mantequilla lidera la clasificación con una puntuación de 76,54, que supera en más de un punto la media de 75,4 que han arrojado los resultados de los dieciocho países analizados. Además, desde Fitbit indican que los galos se van a la cama más pronto y tienen un sueño más profundo, con fases REM más largas.

En las posiciones de honor que quedan se sitúan Nueva Zelanda, con una puntuación de 76,26, e Irlanda con 76,17 puntos.

Por lo que respecta a España, también se encuentra por encima de la media con 75,77 puntos, aunque en octavo lugar de la clasificación. La media de horas dormidas de los españoles es de siete y media (7:31, para ser exactos).

Recomienda un horario fijo para irse a la cama

Los datos conseguidos para el estudio permiten afirmar, según apuntan desde Fitbit, que para disfrutar de una mejor calidad en nuestro sueño, lo mejor es tener un horario fijo establecido para irse a dormir.

Esta conclusión se desprende de las evidencias: los usuarios que cambian su hora de irse a la cama cada día en un intervalo de dos horas, duermen una media de media hora menos por día en comparación con aquellas personas que mantienen un margen de media hora entre la hora de irse a dormir cada día.

Los patrones de sueño divergen entre hombres y mujeres, ya que ellas duermen menos horas (24 minutos menos por noche) y con peor calidad. Y con la edad, esto va a peor: entre los 18 y los 34 años, tenemos una media de 7 horas y 46 minutos por noche, que baja hasta las 7:20 entre los 35 y los 45 años.

Aquí sería preciso un análisis más detallado (y que probablemente queda fuera del alcance de Fitbit) para conocer si las causas son físicas/metabólicas, o bien sociales.