Los ritmos de vida actuales y la facilidad para acceder a ciertos alimentos que contribuyen a crear un ambiente obesogénico está provocando que la adherencia a nuestra Dieta Mediterránea en España sea más baja de lo recomendable. Así lo explica el doctor Ramón de Cangas, dietista-nutricionista y presidente de la ...
Los ritmos de vida actuales y la facilidad para acceder a ciertos alimentos que contribuyen a crear un ambiente obesogénico está provocando que la adherencia a nuestra Dieta Mediterránea en España sea más baja de lo recomendable. Así lo explica el doctor Ramón de Cangas, dietista-nutricionista y presidente de la Fundación Alimenta tu Salud, en la presentación en Madrid de la guía `Dieta Mediterránea, de la teoría a la práctica´. "Esta Guía es un documento sencillo y ameno que acerca los patrones dietéticos mediterráneos a toda la población para demostrar que seguir este modelo de alimentación saludable es sencillo y perfectamente abordable, considerando nuestro estilo de vida hoy en día", precisa el especialista. En este documento se abordan temas muy prácticos como es la conservación de los alimentos y los métodos de transporte; la planificación del menú semanal y la compra; y, por supuesto, las recomendaciones de ingesta por cada producto propio de esta dieta. "La forma más recomendable de lograr un buen estado nutricional es apostar por una gran variedad de alimentos en nuestra dieta", agrega el experto.
La base de esta dieta son las verduras, hortalizas, frutas, lácteos, legumbres y proteínas animales procedentes de pescados, mariscos y, en menor medida, carnes. Para cocinar, Aceite de Oliva Virgen Extra y entre horas un puñado de frutos secos. "Además, siempre hay sitio para los caprichos y podemos permitirnos licencias de vez en cuando", destaca el autor de la guía quien, durante la presentación, explica que en este patrón "ningún alimento está prohibido. Salvo patologías que lo justifiquen, todo se puede comer siempre que se haga en su justa medida".
Todo ello unido a una correcta hidratación. Tanto es así que la Dieta Mediterránea recomienda ingerir entre cuatro y seis vasos de agua al día. Además, puede valorarse un consumo moderado de bebidas fermentadas (cerveza, vino, cava o sidra) siempre como una opción responsable por adultos sanos y, de hecho, se especifica una ingesta máxima de 1-1,5 raciones/día de estas bebidas en mujeres y de 2-2,5 raciones en el caso de los hombres. Una unidad es igual a una copa de vino (80-100 ml) o un botellín de cerveza (200 ml) y, si se ingiere, es aconsejable hacerlo acompañado de alimentos sólidos. Sin embargo, si se está tomando medicamentos, si se va a conducir, o en el caso de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, el consumo de alcohol debe ser cero.
Otra serie de proyectos como PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) y PREDIMED-PLUS, han arrojado resultados muy favorables al patrón dietético mediterráneo en cuanto a salud cardio metabólica y el peso corporal. El estudio PREDIMED observa que los efectos beneficiosos de la Dieta Mediterránea se consiguen a través de la mezcla de alimentos, por lo que es importante centrarse en patrones de alimentación y no en productos específicos. Ello incluye una alimentación variada en la que predomina el consumo de verduras, frutas, legumbres y hortalizas, así como cereales integrales, pescado, carnes blancas, frutos secos y aceite de oliva. Asimismo, señala que un consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza, siempre en adultos sanos, podría mejorar el perfil lipídico y favorecer la absorción de polifenoles, un tipo de antioxidantes presentes en las bebidas fermentadas y otros alimentos de origen vegetal.
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