La felicidad es una emoción que todos ansiamos, sin embargo la tristeza también tiene una serie de beneficios para nuestro desarrollo como personas. Mónica García, coach de liderazgo personal y profesional y fundadora de El Factor Humano, sostiene que estar triste también puede ser positivo y comparte tres beneficios de ...
La felicidad es una emoción que todos ansiamos, sin embargo la tristeza también tiene una serie de beneficios para nuestro desarrollo como personas. Mónica García, coach de liderazgo personal y profesional y fundadora de El Factor Humano, sostiene que estar triste también puede ser positivo y comparte tres beneficios de esta emoción y cómo puede convertirse en una oportunidad de reconexión con uno mismo.
El pasado 20 de marzo se celebró el Día Internacional de la Felicidad, una fecha marcada en el calendario con el objetivo de reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno. Pero
Mónica García defiende que la felicidad también se alcanza aprendiendo a incluir los momentos grises y de tristeza, viéndolos como una parte útil para vivir la vida que deseamos. "La luz necesita de las sombras para existir. Esa sombra es la emoción de la tristeza que a priori puede considerarse como un sentimiento negativo pero que tiene un gran potencial para estimular nuestro desarrollo personal, ya nos invita a la intimidad. A buscar un lugar a solas para estar con nosotros mismos", afirma García, fundador de El Factor Humano.
[Lee también: Ocho consejos naturales que te ayudan a superar la depresión]
Para la experta, el problema de ver a la tristeza como algo negativo es que al quedarnos a solas con ella, en vez de crear mayor intimidad y claridad, nos volvemos más negativos, incluso podemos llegar a temerla si pensamos que si nos dejamos sentirla podemos entrar en una depresión. Ahora bien, la experta destaca que la tristeza tiene estos regalos para nosotros:
1. La intimidad nos ayuda a crear un espacio para estar en relación con uno mismo. Buscamos que nos hagan caso, nos entiendan o nos escuchen pero, cuántas veces te paras a escucharte y cuántas de las veces que te paras a escucharte luego te haces caso. La tristeza por lo tanto nos ayuda a crear una relación más íntima y fuerte con nosotros mismos.
2. Pararse a reflexionar además nos ofrece la oportunidad de identificar que falta en nuestra vida. En esta faceta la tristeza es muy útil porque aparece cuando tenemos nuestra mente en el pasado o en aquello que hemos perdido, un ser querido, una posibilidad de futuro. La tristeza nos avisa, por lo tanto, de que al centrarnos en lo que hemos perdido, nos estamos perdiendo las oportunidades que sí existen en el momento presente así como las nuevas posibilidades futuras.
3. La tristeza además llamará nuestra atención cuando nos atascamos en echar de menos, con el fin de que te pongas en acción en la dirección de lo que deseas. Porque aquello que echas de menos es de lo que quieres más. Dale la vuelta y encuentra formas creativas de añadir a tu vida lo que echas de menos. Y no te apegues a la forma de obtener aquello que deseas.
Ahora bien, estos estados de tristeza deben de ser pasajeros y transitorios. Si uno se ancla en este sentimiento, se enfoca en el pasado, se olvida de uno mismo y la tristeza es persistente es muy probable que necesite la ayuda de un profesional para seguir adelante.