Pese a parecerlo, el HeartGuide de la conocida marca japonesa Omron no es un smartwatch, si no que la propia compañía fabricante lo define como un dispositivo de ehealth, de forma genérica.

Entre sus capacidades, se encuentra la de poder tomar mediciones de la presión sanguínea con una precisión clínica, pudiendo comunicar de forma automática con nuestro médico en el caso de que se detecten valores fuera del rango que podemos considerar como `normal´.

Para tomar de forma correcta la presión, lo que hace este aparato es hinchar su correa para apretar la muñeca, una funcionalidad que lo diferencia del resto de los wearables que disponen del hardware para tomar la presión sanguínea, ya que va más allá de la estimación de dicho valor para ofrecer valores reales contrastables y, como he dicho, con una precisión que permite fiarse para ejercer un control de cara a nuestro médico.

También nos permite monitorizar nuestra actividad física, incluso fijándonos metas diarias, y los padrones de nuestro sueño, de forma que proporciona utilidad las 24 horas del día.

Fuera del terreno de las aplicaciones relacionadas con nuestra salud, el HeartGuide también nos permite recibir las notificaciones de las aplicaciones de nuestro smartphone, como las correspondientes a los mensajes de correo electrónico, o de las llamadas entrantes.

En su interior, podemos encontrar hasta 80 componentes sujetos a patentes que posee Omron.

El HeartGuide se venía encontrando a la venta exclusivamente en los Estados Unidos, pero hace cosa de una semana, y en un evento online (no exclusivo de la compañía, un showroom en el que compartía escenario con otras marcas) una representante de Omron anunció que en breve se empezaba a vender en Japón y en Europa. Un rápido vistazo a la web española de Omron hoy mismo, nos indica que en nuestro país todavía no se encuentra disponible.

El precio para los Estados Unidos no es menospreciable: 499 dólares, pero debemos pensar en su función de ofrecernos un aparato que nos da unas mediciones que, en otros casos, debemos tomar con dispositivos de sobremesa, sin que ello signifique una menor precisión de las lecturas.

Y, para acabar, un apunte: al principio he indicado que Omron no considera a este dispositivo como un smartwatch. Pués bien, también da la hora. Supongo que, al fin y al cabo, se trata de cómo quiere uno que lo consideren.